Por Alfredo Nobre Leite.-
En una suerte de juicio salomónico, el lector Alejandro Olmedo Zumaran en carta en el diario «La Prensa» del 6 del actual, expresa: «Sorprende que se castigue el Terrorismo del Estado, pero no el Subversivo(…). El terrorismo de estado utilizaba la detención de centros clandestinos de detención… Debe quedar claro, que las aberraciones y violaciones a los derechos humanos cometidos por los militares no disminuyen ni un ápice las cometidas por los terroristas y que es hora de poner las cosas en su lugar (…)». Es pertinente, a la luz de lo expuesto, decir que en la Argentina en los años 60 y 70 existió un conflicto armado -una guerra revolucionaria iniciada por las organizaciones terroristas con apoyo estatal y paramilitar exterior-, reconocido tanto por los actores enfrentados y la sociedad toda, como los jueces de la Cámara Federal y la Corte en el fallo de la Causa 13. En ese conflicto debió aplicarse el Convenio de Ginebra conocido como Protocolo II (1977), «Relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados sin Carácter Internacional», que lo enmarcaba cabalmente. Sin embargo, cuando Alfonsín decidió en 1983 juzgar a la cúpula terrorista y a las juntas militares, decidió ignorar la existencia de un conflicto armado y aplicó el Derecho de la Paz (Tratados de Derechos Humanos) imputándoles delitos comunes y no el Derecho de Guerra (Derecho Internacional Humanitario o Convenciones de Ginebra), ámbito característico donde correspondía valorar las respuestas a «la guerra revolucionaria», ordenadas por los gobiernos constitucionales de Perón y M. E. Martínez de Perón. Y para ello, hasta tanto no haber juzgado a las Juntas Militares, evitó promulgar como ley nacional el Protocolo II, que era la norma que correspondía aplicar (recién se lo ratificó el 26.11.86).
La diferencia conceptual entre el Derecho de la Guerra y el Derecho de la Paz, consiste en que el primero contempla tres tipos de actores: las organizaciones irregulares terroristas, las Fuerzas legales del Estado y la población civil ajena al conflicto. A este último grupo es a la que fundamentalmente protege el Protocolo II. En los Tratados de Derechos Humanos, en cambio, sólo hay dos actores: el Estado y los ciudadanos y, al no existir el concepto de conflicto armado interno, dentro de la expresión «población civil» quedan necesariamente incluidos los terroristas, por lo cual quedarían incluidos entre quienes debieron ser protegidos de ellos por los agentes del Estado. Así los terroristas quedan habilitados para reclamar derechos que le son propios a dicha población, desplazando a sus propias víctimas, los civiles que no participaron de las hostilidades y fueron asesinados por ellos y las Fuerzas del Estado pasan a ser responsables de haber accionado contra la población civil debido, como hemos visto, a la inexistencia de combatientes ya que éstos mutaron en población civil.
Las consecuencias de este razonamiento, que aplican jueces y fiscales, son las siguientes: 1) No se reconoce la existencia de un estado de guerra. 2) Los terroristas no iniciaron la agresión armada. 3) Los terroristas son víctimas civiles, del mismo modo que la pequeña hija del Capitán Viola (María Cristina, de tres años) asesinada por el ERP durante el gobierno democrático de Perón. 4) Los delitos de los terroristas son delitos comunes, porque son considerados delitos de ciudadanos civiles y por lo tanto prescriben. 5) Las verdaderas víctimas inocentes, ajenas al conflicto quedan absolutamente negadas y desamparadas, las víctimas del terrorismo sencillamente no existieron. 6) Solo los agentes del Estado se les deben imputar crímenes imprescriptibles, éstos (los agentes del Estado) en definitiva fueron los terroristas, por que ejercieron el terrorismo de Estado. Con lo cual terminan realizando una verdadera revolución copernicana, los terroristas (de manos de Alfonsín) pasan pasan a ser víctimas y los responsables de dar seguridad pasan a terroristas y victimarios (de Estado). (1)
Es justamente por eso que necesita imponer la fantasiosa concepción de «terrorismo de Estado» en el ámbito del Derecho de Paz. Su aplicación genera un cambio de roles en los terroristas: de agresores pasan a ser víctimas; pero como la construcción internacional de los derechos humanos de las víctimas se apoya en la condición de haber sido víctimas del terrorismo, aquellos necesitan de este sofisma para sustentar su carácter de víctimas.
1) Basado en el libro «Lesa humanidad, el delito que no es», por Victoria Villarruel, 2007.
06/02/2017 a las 3:07 PM
La persecución a los «represores» tuvo siempre un trasfondo político y de venganza y no tiene nada que ver con el derecho y la justicia.
06/02/2017 a las 6:27 PM
Tomas Waibel…. C O R R E C T O !!!!
06/02/2017 a las 8:28 PM
LOS TERRORISTAS SUBVERSIVOS…USABAN LAS CARCELES DEL PUEBLO…TORTURABAN Y MATABAN…
06/02/2017 a las 3:13 PM
En los 70 no hubo guerra civil ni genocidio, sino insurgencia y contrainsurgencia»
“Los años 70 a fondo”, libro de Pablo Anzaldi da voz a los protagonistas y formula un novedoso enfoque de esa etapa, en ruptura con el relato en boga. La Triple A, Ezeiza, ERP y Montoneros bajo una nueva luz
«Ninguno de los actores, ni siquiera los políticos peronistas y radicales, creían en la continuidad de la democracia», sostiene, en referencia a un golpe de Estado que no tomó a nadie por sorpresa.
Así desfilan ex referentes del PRT-ERP como Luis Mattini y Julio Santucho, de Montoneros -Roberto Perdía-, o Jorge Rulli, pionero de la Resistencia Peronista, Alberto Brito Lima, dirigente del Comando de Organización -que dialogó con el autor poco antes de su fallecimiento, en 2012-, también con integrantes del Ejército Argentino, como Santiago Omar Riveros, Ernesto Barreiro y Jorge Mones Ruiz, y familiares de víctimas, de la represión ilegal -Graciela Fernández Meijide- y de las organizaciones armadas -Silvia Ibarzábal.
Para el kirchnerismo que hizo una negación que llevaría a concluir que «en los 70 no hubo ni un conflicto civil, ni una guerra asimétrica, ni una guerra interna, ni siquiera algún tipo de violencia» (de la intensidad que se le quiera dar), sino «simplemente una guerra provocada por un solo demonio que se ensañó contra la humanidad».
Y ESE RELATO LO CREÓ SOLO COMO TAPADERA PARA ROBAR, y alimentar la mesiánica idea “Socialismo del siglo XXI”, asociados al terrorismo islámico, para el poder mundial.
En el libro “ La Década Enterrada”, lo explica muy el autor, cómo Cristina K soñó en sus delirios patológicos, que ella sería la Juana Azurduy / Juana de Arco, por ello vajó a Cuba cuando la muerte de Chávez, pensando que la eligirían la heredera del poder para latino América.-
Volviendo a los ´70, «ninguno de los actores, ni siquiera los políticos peronistas y radicales, creían en la continuidad de la democracia», sostiene, en referencia a un golpe de Estado que no tomó a nadie por sorpresa.
Hay una primera gran construcción, que creo que tiene equívocos garrafales, que es la del trípode (Horacio) Verbitsky, (Miguel) Bonasso y (Norberto) Galasso, hegemónica en los años del kirchnerismo. Luego hay otra literatura, diría pro Proceso militar, otra que orilla entre el peronismo y el radicalismo. Y, finalmente, está nuestra escuela -escuela como término que agrupa a una vertiente- en la que nos focalizamos en la teoría del partisano de Carl Schmitt y en la teoría de la insurgencia y contrainsurgencia
Para nosotros acá no hubo una guerra civil, en el sentido de la guerra civil española, porque no hubo una fractura en el campo de las masas. No hubo tampoco un genocidio, a menos que la palabra genocidio signifique la aniquilación de dos organizaciones armadas específicas. No hubo tampoco un Estado terrorista, que fue la apuesta fuerte sobre todo del PRT-ERP que era que los militares salieran a cazar civiles indiscriminadamente, como un poco pasó en Argelia o en Vietnam, y eso no se produjo: la represión fue muy focalizada, hubo un aniquilamiento bien preciso. Por lo tanto no hubo un Estado terrorista ni un genocidio. Lo que sí hubo fue una insurgencia y una contrainsurgencia. Ahí mi propia interpretación, quizás no sea la de Eugenio, es que esa insurgencia y esa contrainsurgencia disputaban la herencia política, enorme, fenomenal, que deja la muerte del general Perón.
— Kvaternik señala en el prólogo que el relato en estos 12 últimos años exculpa totalmente a un sector, las organizaciones armadas: sus integrantes sólo fueron víctimas. Y la pregunta es si quien hoy tiene 15, 20 años, puede a partir de ese relato entender por qué hubo un golpe en la Argentina.
— El relato del kirchnerismo es falso. Y por lo menos dos organizaciones de derechos humanos, la de Hebe de Bonafini y la de Estela de Carlotto, son agrupaciones político-ideológicas que han contribuido a este relato. Ya no son organismos de derechos humanos, hace 30, 40 años que no toman una denuncia ni trabajan sobre la cuestión, salvo sobre las secuelas. Yo no creo tampoco que el golpe se deba exclusivamente a las organizaciones insurgentes y a una necesidad de contrainsurgencia porque ya con Perón había empezado la contrainsurgencia, porque Perón no era estúpido: no iba a dejar que desarrollasen una estrategia de guerra popular incluso en su nombre, lo cual era especialmente absurdo siendo él presidente. Esto no lo hace a Perón un conservador, no lo hace un liberal en el sentido actual de la palabra liberal, un hombre ligado al capital transnacional o a las clases dominantes; no, Perón fue fiel a su proyecto histórico.Pero en ese contexto los militares dan el golpe y libran la lucha contra la insurgencia.
La contrainsurgencia es una respuesta simétrica, inversa, y en lo posible más fuerte y eficaz a una insurgencia
— Un planteo original del libro es revisar la versión en boga sobre la Triple A. Rodolfo Walsh, que hoy es muy venerado, pero no sé si tan leído y entendido, dice en su famosa carta que «las Tres A son las tres armas», o sea, las Fuerzas Armadas. Pero hoy Triple A es sinónimo de López Rega.
— Sobre eso hice una investigación en paralelo y no tengo ninguna duda que, por poner una cifra, si lo que se conoce como Tres A tuvo mil víctimas, a López Rega y su grupo de comisarios no le entran más de 50 u 80. El grueso fue contrainsurgencia peronista combinada con sectores de la juventud nacionalista militar, en realidad como respuesta a las agresiones del Ejército Revolucionario del Pueblo, el ataque (al cuartel) de Azul (19 de enero de 1974), como respuesta al asesinato de (el secretario general de la CGT, José) Rucci, como respuesta a la continuidad de la lucha armada de todos estos sectores. Es decir, la contrainsurgencia es dialéctica, es una respuesta simétrica, inversa, y en lo posible más fuerte y eficaz a una insurgencia. La insurgencia busca prender ante las masas y desarrollar la guerra revolucionaria. Y acá las llaves del reino las tenía Perón quien era el líder de las masas populares argentinas. Él toma a Montoneros en los tiempos en que necesitaba presionar al régimen para lograr una salida pacífica. Pero luego, cuando sale el plan de paz del año 72/73 éste es profundamente rechazado por el sector montonero; eso está reflejado en el libro de (Miguel) Bonasso. Se indignan con Perón porque proponía la paz y no la carnicería a la que llevaba la estrategia demencial de plantear una lucha revolucionaria mintiendo sobre la naturaleza de Perón.
— Además, después de las elecciones sin proscripciones que el peronismo gana dos veces, las organizaciones armadas no habían dejado la lucha armada.
— Nunca.
— El ERP lo proclama abiertamente, lo dice, Montoneros no lo dice pero mata a Rucci.
— Sí, pero además hay una guerra más profunda que se da, para hablar con el lenguaje de la época, en el seno de las masas. Y esa lucha de Montoneros encuentra a sectores de la juventud peronista no montonera, como la JP-RA, la Juventud Sindical, el Comando de Organización; una guerra no visible quizás pero no menos profunda por la conducción de grandes territorios y espacios y de organizaciones sociales y sindicales. Y eso es algo que continuó permanentemente porque Montoneros, o la FAP, que se está incorporando a Montoneros, mata a Dirck Kloosterman dos días antes de la asunción de (Héctor) Cámpora. Kloosterman era el secretario general del SMATA y de origen socialdemócrata, lejos del estereotipo que ellos dibujan.
— En la entrevista, Roberto Perdía dice varias veces que «los gringos» (sic) decidieron el golpe del 24 de marzo del 76, lo que no se ajusta a la realidad, y soslaya el respaldo soviético….
— La conducta de los actores debe analizarse a partir de los actores mismos, en un contexto, por supuesto. El golpe del 76 se dio por decisión por un grupo de generales y también del sistema político de aquel entonces, menos de Isabel y los peronistas…
— Tuvo el consenso de casi todos los sectores.
— Claro, los que no estaban en el gobierno. (Ricardo) Balbín, que podría haber usufructuado su candidatura presidencial en el 76, prefirió trabajar para el golpe y no por salvar la idea de diálogo político que había instaurado el regreso de Perón ya desde el Nino [N. de la R: la reunión multipartidaria en la que Perón convoca a la unidad nacional, noviembre de 1972]. En lugar de trabajar en esa senda, trabajó por el golpe. Es decir, las decisiones se tomaron acá. Pero el golpe del 76 fue respaldado sí por la Unión Soviética y no por Estados Unidos, todos sabemos que Jimmy Carter y Patricia Derian, que falleció hace poco, estuvieron totalmente en contra. Ahora, la alianza con Estados Unidos se produce ya en los ’80 con (Leopoldo) Galtieri.
La torpeza fue una escuela en Montoneros
— ¿Cuál es tu caracterización de Montoneros?
— Montoneros tuvo un bombazo mundial que fue el secuestro y aniquilamiento de (Pedro Eugenio) Aramburu [mayo de 1970]; fue un magnicidio de una escala enorme y que, a medida que Perón se va a aproximando a la Argentina y se produce el vuelco masivo de la juventud, es decir a nivel de centenares de miles, le dio a Montoneros un hándicap, porque ellos habían liquidado al responsable, además del golpe (del 55), de los fusilamientos (de 1956) y del (robo) cadáver de Eva Perón, que era un tema muy sensible al peronismo. Ahora, todo ese evento propagandístico también les dio un hándicap para una serie disparatada de decisiones políticas. Queda muy claro en la entrevista con Perdía que el núcleo, la conducción, nunca fue peronista. No hablo del militante que se incorpora masivamente desde el 17 de noviembre del 72 hasta que Perón los echa de la Plaza de Mayo, el 1° de mayo del 74. Porque luego Montoneros se pincha, queda como una organización chica, de 5 a 10 mil hombres, y es aniquilada, totalmente aislada, no sólo del movimiento de masas, sino también de los actores con los que antes se había vinculado: con el radicalismo, por el asesinato de (el ex ministro del Interior Arturo) Mor Roig y con sectores del Ejército que lo veían quizás como un grupo nacionalista católico, que estaba dentro de la tradición histórica argentina de la cual el Ejército se sentía depositario, a partir de Formosa, porque ya lo vieron como un enemigo total.
Por lo tanto, la torpeza fue una escuela en Montoneros y el núcleo de conducción -por lo menos el que quedó porque a Montoneros le barrieron tres conducciones- nunca fue peronista, quiero decir que no acató jamás la conducción de Perón sino que fue un uso de su gran imagen. Porque estamos hablando de una Argentina en la que Perón, desde el año 46 hasta el 73, cuando era candidato mantenía del 62 al 63 por ciento de los votos; una abrumadora mayoría en los sectores populares y en sectores medios, y Montoneros usufructuó eso. Ahora bien, nunca tuvo tampoco Montoneros una estrategia clara, nunca fue ni insurreccional, ni guerra popular prolongada, ni tuvo claro cómo se pasaba del foco hacia la toma del poder. Desde aquel entonces hasta la fecha, Montoneros y sus herederos sentimentales y espirituales orbitaron entre la marginalidad política que les proporcionaba el marxismo y el sistema de relaciones que les daba el peronismo, iban y venían.— ¿Y el ERP?
— Con el ERP las cosas estuvieron siempre mucho más claras porque el ERP es un subproducto de la crisis del radicalismo y la prohibición de los partidos políticos con el golpe de Onganía (1966) y de las crisis recurrentes del trotskismo, más el grupo de Francisco René Santucho, el hermano, que formuló el indigenismo. Se planteó siempre como guevarismo, como antiperonista. Sin Perón, Montoneros no hubiera existido, pero sí el ERP. Del mismo modo que Tupamaros existió en Uruguay donde no estuvo Perón. El ERP siempre se lanzó a una lucha frontal por la toma del poder, por la revolución armada, y fue aniquilado; no ganó jamás una batalla.
— ¿Es posible reconstruir la mentalidad de una época? Hoy la democracia es vista como un valor casi absoluto, un fin en sí misma. En aquella época no era así para nada. El horizonte de ideas es tal vez lo más difícil de transmitir.
— Hay un tema que yo postulo que es la cuestión de Perón como principio de legitimidad política en la Argentina. Es decir, al ser derrocado en el 55 se intenta generar un sistema político sobre la base de la exclusión de la mitad más uno de la población y del líder que la representa. Y ese líder no tenía relevos porque la relación de conducción y de liderazgo tiene elementos inmateriales intransferibles, cuestiones afectivas, de carisma, y al mismo tiempo una capacidad años luz de Perón en relación al resto de los actores. Cuando viene en el 73, Perón percibe esto e intenta reemplazar su liderazgo personalizado con una idea de la institucionalidad, que no funciona, se hace trizas. En gran medida porque los mismos actores comenzaron a pelear por un espacio que no les correspondía que era el espacio de la conducción del pueblo, que era un espacio absolutamente excepcional.
Y otro tema muy interesante es explicar la lógica de las decisiones de la contrainsurgencia militar, es decir la desaparición de personas, los centros clandestinos, etcétera. Ahí hay entrevistas muy importantes en ese sentido donde también los militares muestran su naturaleza profesional. Quiero decir que, así como un oficial de ingenieros hace lo mismo en el ejército argentino o en el ejército cubano, un oficial de inteligencia también, y sobre todo en la Guerra Fría. Cuando los cubanos tuvieron insurgencia en los años ’60, la llamada guerra del Escambray, hicieron lo mismo: capturaron, sacaron información por cualquier método, incluyendo tormentos, y los aniquilaron.
Y la misma política contrainsurgente aplicaron acá, la misma aplicó Rusia con los chechenos, o en Sri Lanka con los tamiles. Es decir, es una lógica de una profesión muy difícil y sobre todo altamente tensionante en los años de la Guerra Fría y en guerras de tipo insurgente-contrainsurgente, que no son guerras civiles ni mucho menos convencionales. En este tipo de guerras de guerrillas de organizaciones contra el Estado, el aparato de inteligencia militar tiene esa función y ese es el rasgo de la profesión. Es la lógica que trato de explicar y que se nota bien en el reportaje a Ernesto Barreiro.
06/02/2017 a las 3:15 PM
VER COMPLETO EN:
http://www.infobae.com/historia/2017/01/14/en-los-70-no-hubo-guerra-civil-ni-genocidio-sino-insurgencia-y-contrainsurgencia/
06/02/2017 a las 3:34 PM
Gómez Centurión Vs la dictadura invisible. Por Nicolás Márquez
6 febrero, 2017 Nicolás Márquez
http://prensarepublicana.com/gomez-centurion-vs-la-dictadura-invisible-nicolas-marquez/
Para muchos, las recientes declaraciones emitidas por el actual director de la Aduana Juan José Gómez Centurión relativas a nuestro pasado reciente fueron un verdadero disparate, y desde muchos ángulos cayeron en plañidero manifestaciones de repudio, denuncias penales o pedidos de renuncia. Pero aunque efectivamente lo dicho por el funcionario haya sido un disparate, el asunto es que él tiene que tener todo el derecho de opinar como le plazca dado que en un Estado de derecho democrático y moderno que se precie de tal, la opinión no podría jamás estar sujeta a condicionamientos ideológicos ni a presiones políticas de un grupo o de varios grupos militantes que pretendan monopolizar el bien o la verdad, y que encima se arroguen la potestad de determinar que está permitido decir y que está prohibido decir.
El problema en cuestión se torna mucho más complejo si advertimos que encima, lo dicho por Gómez Centurión lejos de constituir el cacareado disparate tiene mucho de cierto puesto que hay una documentada historia que le da la razón en las afirmaciones que le fueron cuestionadas o vilipendiadas, y que trataremos de desentrañar aquí.
GC: “No es lo mismo 8000 verdades que 22 mil mentiras”
Gómez Centurión disparó esta sentencia al retrucar el conocido mantra que le endilgaban los panelistas intervinientes en la tertulia, relativo a la existencia de “treinta mil desaparecidos” durante el último gobierno militar. Pero del último listado gubernamental y oficial de desaparecidos actualizado por la Secretaría de Derechos Humanos en marzo del 2006 (presidencia de Néstor Kirchner), se confirmó que la cifra real de desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional fue la siguiente: 6.809 (datos luego detallados en la edición del libro Nunca Más publicada ese mismo año por Eudeba). A lo que cabe sumarle casi mil desaparecidos obrantes antes del gobierno de facto y cuya responsabilidad política y militar obviamente es imputable al régimen peronista que gobernó el país hasta el 23 de marzo de 1976. De manera tal que bajar la cifra de 30 mil a 8 mil en la discusión histórica (o a 6800 para hablar con mayor propiedad cuando se refiere al Proceso de Reorganización Nacional) lejos de “tergiversar la verdad” se subordina a ella.
GC: “El país vivió una guerra y hay que encontrar el sentido de verdad del contexto histórico”
Lo dicho podrá sonar escandaloso para los monotemáticos tiempos que corren, pero esto fue reconocido por los cuatro grandes protagonistas político/militares de la época, quienes no sólo pensaban de un modo muy distinto entre sí sino que incluso fueron enemigos: Juan Perón, Jorge Rafael Videla, Mario Roberto Santucho y Mario Firmenich.
Vale decir, no sólo los principales actores de entonces reconocían tal situación, sino que dicho escenario bélico fue definido con precisión de centavo años después por la mismísima sentencia de la Cámara Federal que en 1.985 durante la presidencia de Raúl Alfonsín juzgó a la Junta Militar (la famosa Causa 13), en cuyos considerandos se destacó lo siguiente:
“En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso y a las características que asumió el terrorismo en la República Argentina, cabe concluir que, dentro de los criterios de clasificación expuestos, el fenómeno se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria…»; «algunos de los hechos de esa guerra interna habrían justificado la aplicación de la pena de muerte contemplada en el Código de Justicia Militar…»; «…no hay entonces delincuentes políticos, sino enemigos de guerra, pues ambas partes son bélicamente iguales»; «…como se desprende de lo hasta aquí expresado, debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado”.
LEÉ TAMBIÉN: Un acto de justicia: el líder nacionalista Carlos Pampillón no irá a juicio oral.
GC: “Yo no comparto que fue un plan genocida”
Le asiste la razón nuevamente al satanizado Gómez Centurión. La Convención de Ginebra suscripta el 9 de diciembre de 1.948 tipifica el término “genocidio” en su art.2° y allí se define que es:
“la destrucción total o parcial de un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”
De manera complementaria, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, aprobado el 17 de julio de 1.998 define el “genocidio” en su artículo 6 y allí se enseña lo siguiente:
“se entenderá por ´genocidio´ cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”
Las circunstancias definidas, obviamente no se dieron durante el conflicto militar contra el terrorismo en nuestro país, puesto que desde ninguna óptica se intentó efectuar una destrucción a grupos étnicos, raciales, ni religiosos, sino a bandas terroristas (fundamentalmente a Montoneros y al ERP –Ejército Revolucionario del Pueblo) que operaban en el país desde mucho tiempo antes de la irrupción en escena del gobierno de facto el cual, dicho sea de paso irrumpió ante la presión y consenso social existente en torno a la posibilidad de una solución militar ante el caos vigente.
En efecto, durante el trágico desencuentro de los años 70´ las Fuerzas Armadas combatieron a los integrantes de dichas organizaciones no por lo que eran, sino por lo que hacían. Que esa guerra haya contado con irregularidades muy graves por parte de las Fuerzas Armadas no desnaturaliza en absoluto el carácter contrainsurgente de la misma, a la vez que la controvertida condición de desaparecido no convierte al terrorista en inocente.
Podría decirse que muchos de los desaparecidos no eran guerrilleros sino simples ciudadanos pacíficos que portaban ideas altruistas e igualitarias. Pero si así fuese, esa cruel situación tampoco entraría en la calificación técnica del concepto de genocidio. Romántica e inofensiva versión del sujeto desaparecido que los coeficientes históricos parecieran desmentir dado que el grueso de los desaparecidos eran integrantes orgánicos de la guerrilla: Montoneros tuvo al menos 5500 bajas y el ERP unas 1500, cifras a las que cabe sumar las padecidas por bandas terroristas de menor envergadura y estructura, tales como FAL (Fuerzas Armadas de Liberación), FAR (Fuerzas Armadas revolucionarias) u OCPO (Organización Comunista Poder Obrero).
Va de suyo que no descartamos la existencia de muertos inocentes y ajenos a estas organizaciones armadas en tan trágico período, pero resulta evidente que estas desdichadas y repudiables situaciones constituyeron la excepción y no la norma, excepciones que por otra parte se registran toda vez que se produce una confrontación insurgente de tinte asimétrico o una guerra civil de carácter irregular como en este caso.
GC “Yo no creo que haya existido un plan sistemático”
Y aquí viene la afirmación de Gómez Centurión menos sólida y en la que no coincidimos.
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En una guerra, todos los bandos en pugna tienen un plan sistemático cuya finalidad no es otra que aniquilar al enemigo. Por ende tanto las organizaciones terroristas como las Fuerzas Armadas sí tuvieron un plan sistemático de destrucción recíproca. Pero en la contienda que nos ocupa dicho plan fue ordenado y diseñado por el gobierno peronista de Isabel Perón (llama la atención que los dirigentes peronistas se horroricen de la opinión de un funcionario y no del plan sistemático que su propio partido en ejercicio del poder puso en práctica), a través de los famosos decretos emitidos en febrero y octubre de 1975 los cuales ordenaban literalmente “aniquilar el accionar de los elementos subversivos”, siendo que la expresión “aniquilar” conforme el Reglamento de Terminología Castrense implicaba la “eliminación física y/o moral del enemigo”. Vale decir, el plan sistemático consistía en eliminar de cualquier modo al oponente militar y eso se hizo de modo rotundo durante el gobierno constitucional y se continuó durante el gobierno de facto.
Afortunadamente, desde 1983 a la fecha el terrorismo dejó de ser una regla cotidiana para ser una tragedia esporádica: el atentado al cuartel de La Tablada en 1989 y los atentados a las entidades judías (AMIA y DAIA) en los años 90´ fueron desde entonces los despreciables episodios más frescos que nos ha tocado padecer en la materia. Y de manera complementaria, también es cierto que desde entonces no se padeció ningún alzamiento militar de envergadura que pusiera en juego la pervivencia de la institucionalidad.
Sin embargo, cabe señalar no sin preocupación que hay aspectos del pasado que no se pueden discutir o revisar y quien osa hacerlo (como lo hizo Gómez Centurión) es de inmediato arrojado al cadalso por delito de opinión. Linchamiento público inaceptable si se pretende vivir en un Estado republicano y plural en vez de en un sistema culturalmente autoritario en el cual una secta progresista detenta el monopolio del saber y determina qué es lo que debe pensarse y que es lo que no debe pensarse.
Se le atribuye a Octavio Paz la frase que sentencia que “la dictadura perfecta es aquella que no se nota que lo es”. ¿Estamos asistiendo a una suerte de dictadura invisible en la cual el que osa desmarcarse del catecismo historiográfico permitido pasa a ser castigado a una suerte de capitis diminutio? Interesa la pregunta porque si esto es así, Gómez Centurión acaba de ser víctima de ese autoritarismo intangible que con tanto empeño hoy se ejerce paradojalmente en nombre de los “derechos humanos”: esta es la misma religión laica cuyos dogmas imponen ciertos grupos que se encargan de prohibir toda justificación a la dictadura de Jorge Rafael Videla pero que a la vez despide con aplausos y honores los restos de Fidel Castro, es decir de quien desde su dictadura en Cuba fue padrino, promotor e impulsor de las guerrillas que hemos padecido en nues
06/02/2017 a las 4:00 PM
Lo ridículo de los «programas politicos» y periodistas, en la cumparsita que se desató por los dichos de Gomez Centurión, que en ninguno se cito a especialistas en guerras, para discutir LA GUERRA.-
… y solo se hablo de las víctimas …. !!!!!
¿ COMO FUE ?
¿ PORQUE FUE ?
¿ QUIEN LA ORIGINO ?
¿ COMO SE COMBATEN EN EL MUNDO, Y EN LA HISTORIA LAS GUERRAS CONTRA INSURGENTES NO REGULARES?
¿ COMO SE JUZGAN EN EL MUNDO A LOS HECHOS DE GUERRA ?
¿ QUE LA JUSTICIA MILITAR Y PORQUE EXISTEN EN TODOS LOS PAÍSES ORGANIZADOS ?
¿ PORQUE ALFONSIN DEROGÓ LA JUSTICIA MILITAR Y LOS JUZGARON JUECES CIVILES, CON LEGISLACION CIVIL ?
¿ CUANTO DURÓ EL ATAQUE ARMADO GUERRILLERO EN ARGENTINA ? (1958-1983)
¿ QUE TUVO QUE VER CUBA-CASTRISTA ?
¿ QUE TUVO QUE VER RUSIA Y KGB-PRAGA ?
¿ PORQUE FRACASARON EN TODO AMÉRICA LA GUERRILLA TERRORISTA ??
…. Y FUERON DERROTADOS MILITARMENTE
¿ PORQUE FRACASÓ LA JUSTICIA ARGENTINA, QUE A 47 AÑOS DE AQUELLOS HECHO TODAVÍA SIGUEN LOS JUICIOS ??
¿ PORQUE HAY 2200 PRESOS DE LA FF.AA. Y SS., AÚN SIN CONDENA CON PRISION PREVENTIVA DE MAS DE 10 AÑOS ?
…. CUANDO LO LEGAL ES HASTA 2 AÑOS ?
¿ PORQUE HAY «PRESOS DE LESA» ENFERMOS TERMINALES ENTRE 75 Y 95 AÑOS QUE NO SE LES DA PRISION DOMICILIARIA ?
¿ PORQUE FUE EN CUBA EL ÚNICO PAIS EN TRIUNFO LA GUERRILLA TERRORISTA DE CASTRO CON APOYO POPULAR ?
06/02/2017 a las 3:34 PM
Gracias por los comentarios.
ALFREDO NOBRE LEITE
06/02/2017 a las 4:04 PM
¿En los 70 hubo una guerra? Por Agustín Laje
1 febrero, 2017 Agustín Laje Arrigoni
http://prensarepublicana.com/los-70-hubo-una-guerra-agustin-laje/
Vuelve el debate sobre los 70. En realidad, nunca se fue: sencillamente, el cambio de gobierno ahora anima a nuevas voces a discrepar respecto de la “historia oficial” que construyó el kirchnerismo como parte de su relato político. Algunos son —o fueron— miembros del partido gobernante. Lopérfido primero, Gómez Centurión después. Muy bien no les fue: cuestionar dogmas jamás ha sido cosa simple. Y mucho menos si el cuestionamiento proviene de hombres del Estado: hete aquí la novedad del caso.
Al margen del trasfondo político y la suerte de los detractores del historietismo setentista, la sociedad parece estar interesada en re-discutir algunas cuestiones sobre los años 70 que empiezan a plasmarse con fuerza en las redes sociales y en los medios de comunicación. Una de ellas es: ¿vivimos los argentinos una guerra en la década del 70?
Este martes se discutió tal tópico precisamente en la pantalla de Intratables. El Dr. Ricardo Gil Lavedra contestaba la pregunta con una determinante negativa, alegando que “no hubo guerra porque no se cumplieron las normas de la guerra”. Llama la atención la debilidad del argumento: de estar la guerra definida por la contemplación del derecho previsto para los conflictos armados, entonces no podríamos calificar como “guerra” ningún episodio de la historia humana. ¿En qué guerra se han respetado a rajatabla tales normativas?
Pero llama también la atención el cinismo del caso, en la medida en que Gil Lavedra integró el tribunal del histórico Juicio a las Juntas Militares en 1985, en cuya sentencia se concluyó que en la Argentina de los ’70 “el fenómeno se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria (…) no hay entonces delincuentes políticos, sino enemigos de guerra” y que “debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado”.
Negarse a enmarcar el drama de los ’70 como una guerra tiene un propósito político evidente: ocultar responsabilidades históricas. En efecto, asumir la existencia de una guerra implica reparar en múltiples partes y, por lo tanto, en diversas responsabilidades. Nos obliga a preguntarnos también por los otros muertos y, naturalmente, por sus victimarios. Tal ejercicio colisiona con el hegemónico relato de “jóvenes idealistas” vs “genocidas”, que bien podríamos llamar “teoría del demoño único”: más reduccionista que su dual predecesora.
La historia no se juzga con los parámetros del presente. Y es por ello que interesa determinar cómo vivió la sociedad de ese momento lo que estaba ocurriendo. Nos concentremos en cuatro partes: la sociedad política, los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas y las organizaciones terroristas.
Respecto de los primeros, en 1964 aparece por primera vez en el gobierno una referencia a la guerra: “Hay una guerra revolucionaria declarada” decía el canciller Zavala Ortiz. En 1973, el diputado Antonio Trócoli se refería al asesinato de Rucci como “parte de una guerra sorda, de una guerra subterránea”. El 26 de septiembre de 1974, el senador Leopoldo Bravo solicitaba desde su bancada “detener esto que constituye ya realmente una guerra civil”. El senador Culasso Mattei respaldaba: “la Argentina no soporta más esta guerra no declarada”. La visión del propio Perón había sido idéntica, cuando tiempo antes, desde Madrid, les escribiera a Montoneros que “han de comprender los que realizan la guerra revolucionaria que en esa guerra todo es lícito”.
Los medios de comunicación lo interpretaban de idéntica manera. Nada menos que el Buenos Aires Herald, el 12 de febrero de 1975, tras iniciarse el Operativo Independencia en Tucumán, informaba: “Este nuevo giro contra la guerrilla tiene apariencia inicial de una guerra abierta, algo que si dura llegar como un alivio”. Ese mismo año, la revista Cuestionario —dirigida a la sazón por Rodolfo Terragno— titulaba su tapa de diciembre “La guerra en el país”, mientras que el número del 25 de julio de ese año de la revista Gente publicaba un extenso editorial titulado “Para ganar esta guerra”. En el número del 16 de octubre se decía “Ahora todos saben que están metidos en esta guerra”. Tras el atentado montonero contra un regimiento formoseño el 5 de octubre de 1975, el diario La Opinión de Jacobo Timerman (padre del ex canciller K) lanzaba una editorial que concluía: “Si algo faltaba para corroborarlo, el ataque de Formosa lo ha demostrado: el país está en guerra; todo el país, a lo largo y a lo ancho de su territorio”. Vamos más adelante: Clarín del 16 de agosto de 1979 opinaba “que las autoridades hayan librado una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social, son hechos unánimemente reconocidos”, mientras La Nación del 19 de septiembre de 1979 decía “la Argentina está en orden. Pero ese orden se ha pagado el alto, altísimo precio de una guerra”.
Respecto de las Fuerzas Armadas, sus miembros reconocieron plenamente el estado de guerra fundamentalmente a través de los decretos de aniquilamiento. El primero de ellos firmado el 5 de febrero de 1975 por el gobierno constitucional de Isabel Perón, Decreto Secreto 261, ordenaba a las Fuerzas Armadas “aniquilar” a las organizaciones terroristas que actuaban en Tucumán. El segundo, del 8 de octubre del mismo año, Decreto 2.772, ordenaba el aniquilamiento en todo el país. Es lógico que tales órdenes hayan sido interpretadas por los militares argentinos como virtuales declaraciones de guerra: aniquilar, después de todo, es sencillamente “reducir a la nada”, y adquiere un sentido bien concreto cuando se aplica como comando a las Fuerzas Armadas.
Finalmente, para las organizaciones terroristas como Montoneros y ERP tampoco cabía duda que lo que estaban llevando adelante era una verdadera guerra. En el V Congreso del PRT-ERP por ejemplo, en 1970, se concluía que “en el proceso de guerra revolucionaria iniciado en nuestro país, nuestro partido ha comenzado a combatir con el objeto de desorganizar a las Fuerzas Armadas del régimen”. En el número de abril de 1971 de la revista Estrella Roja, del ERP, se leía: “El Ejército Revolucionario del Pueblo está combatiendo en forma organizada, asumiendo la responsabilidad militar en el proceso de guerra revolucionaria que ha comenzado a vivir nuestro pueblo”. En febrero de 1975, desde la revista El Combatiente, de la misma organización, el líder erpiano Santucho llamaba a la “generalización de una guerra civil (…) extendiendo la guerra a todo el país”.
Montoneros, por su parte, en carta a Perón tras el asesinato de Aramburu, anotaban: “El único camino posible para que el pueblo tome el poder para instaurar el socialismo nacional es la guerra revolucionaria total”. Desde su revista Militancia, en el primer número de 1973, afirmaban: “Nuestra estrategia sigue siendo la guerra integral”. En su otra revista, Evita Montonera, número correspondiente a septiembre de 1975, decían: “Esta guerra, como toda guerra, se rige por un principio básico y elemental: proteger las propias fuerzas y eliminar las del enemigo”. Los reportajes de la revista española Cambio 16 al Jefe del Ejército Montonero, Horacio Mendizabal, son llamativos: en 1977 esgrimía que “se realizaron más de 600 operaciones militares”; a mediados de 1978 declaraba que “la Junta Militar no ha ganado la guerra. Ha comenzado a perderla”, contaba que su “ejército” contaba por entonces con “4.000 granadas de mano, 1.500 granadas de fusil, elaboró 1.500 kilogramos de explosivos de potencia media y 850 de plástico C-2 de gran potencia. Además inventó un modelo de fusil lanzagranadas del que fabricó 250 ejemplares y posee, asimismo, un considerable arsenal de armas ligeras”. Finalmente concluía que “en sus próximas etapas de lucha y ya ahora, nuestro Ejército tiende a ir abandonando el uso de explosivos y a extender un tipo de guerra de infantería con armas ligeras, fusiles lanzagranadas y bazookas”. Estaba alardeando, en concreto, de los atentados con bazookas RPG-7 contra la Casa Rosada que hacía pocos días se habían perpetrado.
¿Hubo entonces una guerra en los años 70? Sus protagonistas, mientras los hechos transcurrían, así lo vivieron y así lo informaron. Los hechos, por su parte, lo confirmaron: se trató de una “guerra asimétrica” o “irregular”, caracterizada precisamente por la existencia de una parte débil que busca compensar su debilidad con arreglo a la irregularidad militar: terrorismo urbano y guerra de guerrillas, fundamentalmente.
Y aceptar la realidad de la guerra, como dijimos, implica dejar atrás el relato de los “jóvenes idealistas” que el kirchnerismo impuso para ocultar la verdad sobre el terrorismo subversivo en la Argentina.
06/02/2017 a las 6:05 PM
El combate se focalizó en organizaciones armadas (ERP-MONTONEROS Y OTROS MENORES), ES FALSO QUE SE ATACARA A CIUDADANOS NACIONALES, ETNIAS, GRUPOS RELIGIOSOS, O POR CUESTION DE RAZAS.
POR OTRA PARTE LAS ORGANIZACIONES ARMADAS, TENIAN LOGISTICA, INTELIGENCIA, INFILTRACION, FABRICAS DE EXPLOSIVOS, SANIDAD.
TAMBIEN FORMARON PARTE DEL ESTADO Y SE APROPIARON DE INFORMACION ESTRATEGICA DURANTE EL GOBIERNO BIDEGAIN EN PCIA. DE BS. AIRES Y DE CAMPORA EN NACION.
NO CALIFICA COMO GENOCIDIO, LO QUE DICE LA JUSTICIA., PORQUE SE COMBATIO A UN GRUPO LEVANTADO EN ARMAS Y CON PARTICIPACION Y AYUDA DE EXTRANJEROS
06/02/2017 a las 6:43 PM
Lo único cierto es que queda aún una gran herida por cerrar. Es la condena a los que iniciaron semejante locura. No lo hará la Justicia; pero en las conciencias de semejantes siniestros personajes habrá siempre una cicatriz que cada vez que la miren, le recordará la barbarie. Todo lo otro es puro humo, puro palabrerío. Cuanto se pierde el coraje frente a las responsabilidades; todo estará perdido. Y nosotros estamos a un paso de perdernos. En esto y en tantas otras cosas.
06/02/2017 a las 8:28 PM
LOS TERRORISTAS SUBVERSIVOS…USABAN LAS CARCELES DEL PUEBLO…TORTURABAN Y MATABAN…
06/02/2017 a las 8:59 PM
La guerra de los ‘70 fue legal, y los juicios a los comandantes de las FF.AA., un disparate progre e insconstitucional . Roberto Dansey
publicado a la(s) 23 oct. 2013 18:48 por Julio Mendoza
Si sólo lo dijera yo, Roberto Dansey, ¿qué validez tendría? Pero ahora sale a luz este informe, de la nueva DIRECTORA DE DESARME EN LA UN, Virginia Gamba, Argentina de 59 años, Premio Nobel de la Paz (compartido) como miembro de la organización Pugwash por el desarme nuclear, en 1995.
La principal experta que tiene el país en estrategia y en islas Malvinas, asumió hoy el cargo de directora de Desarme en las Naciones Unidas. La profesional se desempeñó hasta la semana anterior como asesora en temas internacionales del Ministerio de Seguridad y Justicia del Gobierno porteño. Con el cargo que asume hoy, descripto en la grilla como uno de los más altos en la burocracia de las Naciones Unidas, la Argentina completa un cuadro de funcionarios debajo de la oficina de Ban Ki-moon que tiene pocos precedentes.
El cargo de Gamba es de la jerarquía D2, el más alto fuera de las designaciones políticas, como directora y vice alto representante de la Oficina de Desarme del organismo en Nueva York y con competencia sobre todas las ramas de ese sector: Conferencia de Desarme (con sede en Ginebra), Armas de Destrucción Masiva y Armas Convencionales.
Gamba asume el cargo después de un concurso en el cual compitieron cerca de 100 expertos del todo el mundo, entre ellos un ex canciller de Egipto y un ex vicepresidente de Rusia. La designación reconoce la larga experiencia de esta dama de 59 años en estrategia y en desarme, al punto de que en 1995 obtuvo el Premio Nobel de la Paz (compartido) como miembro de la organización Pugwash por el desarme nuclear.
Entre 1996 y 2001 fue responsable de la fundación Safer Africa que se encargó de las tareas de retiro de las armas que habían quedado en Sudáfrica como consecuencia de años de guerra civil. En esa tarea trabajó junto al ex presidente Nelson Mandela. Vivió en Pretoria durante esos años y desde allí fue asesora en temas de seguridad interna de más de una decena de países africanos.
Por esa experiencia en 2010 vino a la Argentina para trabajar en la organización de la escuela de la Policía Metropolitana y como asesora del Ministerio porteño de Seguridad, donde se desempeñó hasta la semana pasada.
Roberto Dansey
danseyguido@yahoo.com.ar
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ARICULO PUBLICADO PRO VIRGINIA GAMBA
Fuerzas Armadas y su Futuro
Por Virginia Gamba
La guerra contra el terrorismo iniciada por orden del gobierno constitucional argentino en 1975 fue naturalmente continuada por el régimen de facto a partir del 24 de marzo de 1976, no porque los militares lo desearan, sino por imposición del enemigo, que mantuvo la ofensiva contra la sociedad argentina.
Pero desde 1983 se decidió llevar a los militares combatientes en ella a los estrados judiciales a fin de juzgar sus conductas por procedimientos para tiempos de paz a la luz del Código Penal ordinario, habiendo generado ello una fenomenal confusión que se ha ido agravando a través del tiempo pues es sabido que las acciones de guerra deben juzgarse por las leyes que la gobiernan ante tribunales especiales y no por las leyes penales ordinarias aplicadas por los tribunales previstos para juzgar delitos comunes en tiempo de paz.
Los jueces que han procesado y los que están juzgando a militares por sus responsabilidades durante la guerra contra el terrorismo, actuaron y actúan ignorando lo que es la guerra, las normas que la regula y la historia de la formación por parte del Estado Argentino de los cuadros militares para desempeñarse en ella.
El conflicto en su variante netamente “revolucionario”, a partir de la década de los cincuenta, comenzó a preocupar a estudiosos militares y ya en el año 1958 en la Escuela Superior de Guerra contribuían en la cátedra dos Tenientes Coroneles franceses con experiencia en la guerra de Argelia, habiéndose llevado a cabo el primer ejercicio denominado “Barcala” en el Valle de Punilla, Córdoba.
Desde entonces comenzaron a ser entrenados en forma específica por el Estado Argentino los cuadros militares tomándose más adelante, como guía escrita, reglamentos dictados e impresos oficialmente a partir de 1968 en los cuales se explicaba y definía a ese tipo de conflicto y se preveían las acciones para combatir en él.
Hoy en día el conflicto es aún peor, y tanto Colombia, como Venezuela, como Chile, Bolivia y por supuesto Brasil están tomando medidas preventivas para evitar la guerra.
Las miles de víctimas del terrorismo se merecen que encontremos una forma eficaz de detener a los terroristas y evitar que sigan amenazando la vida republicana, aunque sea bajo la apariencia de “democracia”. Porque no es lo mismo República que “democracia”, para los socialistas del siglo XXI.
Los terroristas no funcionan como ejércitos convencionales: nunca llevan uniformes o defienden un territorio. Sus combates son para infundir pánico y, a través del miedo, su ideología. Por tanto, para que el ejército pueda responder al auge del terrorismo global hace falta plantear medidas que estén en constante evolución dentro de una estrategia global.
El apartamiento voluntario del mundo civilizado obedece a la política desarrollada por parte del actual gobierno de la familia Kirchner, que sumergió al país en una falta de seguridad jurídica crítica. Eso trae necesariamente consecuencias: situaciones críticas que pueden llegar a ser violentas cuando el encauzamiento de los problemas trascienden lo jurídico.
Con la autoridad de haber sido asesora permanente del Ministerio de Defensa argentino desde 1983 hasta 1988, y además Profesora Titular de la Escuela Superior de Guerra, antes de radicarme en Europa, puedo sostener científicamente que la falta de preparación de los militares en Argentina, su anulación y desarme absolutos, garantizan que el país será un blanco fácil del próximo conflicto, de una naturaleza absolutamente distinta que los anteriores.
Como lo he expresado claramente en mi último trabajo “Society under siege – Crime, Violence and Illegal Drugs” (Sociedad bajo asedio – Crimen, Violencia y Drogas), publicado en Dublin, considero que el desarme y la desmovilización de las fuerzas armadas argentinas son garantía de la violencia.
Saludo a usted atentamente felicitándola por los contenidos de su página.
Firmado: Virginia Gamba
Capetown – Sudáfrica
06/02/2017 a las 9:00 PM
Denunciemos la mala praxis contra los Presos Políticos
Escribe: Roberto Dansey (*)
Por los juicios de “Lesa Humanidad” hay 800 presos que, por la edad y estado de salud, se les debería otorgar prisión domiciliaria.
Los servicios médicos penitenciarios y los médicos de servicios judiciales, donde actúan médicos, a todas luces están actuando contraviniendo las normas éticas y morales de la medicina, con mala praxis inclusive.
Conozco casos de médicos penitenciarios que por subscribir en la historia clínica del preso que “debe otorgarse prisión domiciliaria por su edad y estado de salud”, no sólo fueron “apretados” por los guardias sino que además fueron llevados (informalmente) a la Corte Suprema de Justicia donde los hostigaron durante dos horas “ya que «eso» no se puede escribir en la historia clìnica”. También los amenazaron con perder el trabajo.
Sin esas evaluaciones mentirosas los jueces militantes no podrían hacer sentencias amañadas para evitar dictar la prisión domiciliaria.
Los tribunales de ética de las organizaciones médicas privadas, nunca podrían avalar la historias clínicas e informes de la salud de los presos, además que la auditoría más elemental demostraría la falsedad de esos documentos, que son los que necesita la justicia militante. Claramente quedaría en evidencia la mala praxis y por lo tanto debería denunciarse penalmente.
Propongo la iniciación de juicios por mala praxis a los médicos institucionales penitenciarios y judiciales intervinientes y comencemos a dejar en evidencia las atrocidades que se cometen desde hace años.
Como simple idea de ciudadano común, no letrado, propongo este camino, como una posibilidad más.
06/02/2017 a las 9:04 PM
ESTO MUESTRA UNA VEZ MAS, QUE LAS FF.AA. EN ARGENTINA ACTUARON BIEN Y SEGÚN INDICÓ EL PRESIDENTE PERÓN SIENDO PRESIDENTE
ESTE LISTADO ES PARA QUIEN DESEE Y NECESITE SACARSE LA MUGRE DEL RELATO ENFERMO SOBRE LOS JUICIOS DE LESA HUMANIDAD
La guerra de la subversión de los ´70 EXISTIÓ y fue legal, …. Y HOY ESTAMOS DEJANDO MATAR POR ABANDONO A LOS QUE LA GANARON (1800 PRESOS Y AÚN SIN CONDENA)
*) Casi todos los periodistas de la opo editan este tema, y no lo nombran, para Lanata, Nelson Castro, Van der Koy, Blank, Morales Solá, Pagni, Carlos Mira, Los Wiñasky, Los Leuco, Magdalena, Luis Majul, por nombrar a los mas estrella, para ellos no existen los gulag de los presos de “Lesa Humanidad”
*) Documental – Argentina en Guerra
VER: https://www.youtube.com/watch?v=e1OFs3wZvtA
*) La guerra de los ´70 actualizada del siglo XXI , hoy se continúa con los juicios de lesa humanidad, y sus jueces prevaricadores y desquiciados.-
*) Como se mata a los prisioneros politicos en argentina
http://uniondepromociones.info/articulos/Como-se-mata-a-los-PP-en-Argentina-hoy-8va-actualizacion-25-Ago-15.pdf
*) Los K vinieron SOLO para robar,
Inventaron la tapadera de “LOS JUICIOS DE LESA Y DD.HH.”
¡¡¡¡ ESTO ES HOMICIDIO Y EXTERMINIO !!!
*) EL RELATO K nació a la calor del disparate de la anulación de la JUSTICIA MILITAR con Alfonsín, que inventó el Juicio de la Juntas, y que Nefástor capitalizó con los Juicios de Lesa Humanidad, solo como tapadera para robar.-
*) La guerra de los ‘70 fue legal, y los juicios a los comandantes de las FF.AA., un disparate progre e inconstitucional
VER: https://www.informadorpublico.com/opinion/antes-de-escribir-revisen-el-placard
*) La guerrilla en argentina fue instruida, entrenada, financiada, y armada por Rusia en Cuba
FUE CUBA ‘Tata’ Yofre
VER YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=9ZfZi7OmTyM J. B.Yofre:
*) Los Juicios de Lesa Humanidad, SON UNA FARSA.-
¡¡ LOS MAGISTRADOS DE LOS TRIBUNALES DE LESA SON UNA LÁGRIMA !!
Basta solo presenciar algunos para ver la ignorancia de los letrados en el tema
Ver: PLAN CÓNDOR-1º parte-Testimonio del Gral. Heriberto Auel
https://www.youtube.com/watch?v=bhfgG3zanlc PLAN CÓNDOR-
2º parte-Testimonio del Gral. Heriberto Auel https://www.youtube.com/watch?v=VmQ7Y2CKeI8
LA EXTERMINACIÓN UNO A UNO
*) Radiograma G6777 132/74 DEL PRESIDENTE PERÓN A TODOS LOS COMANDOS, ORGANISMOS Y UNIDADES DE LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN ARGENTINA PRIORIDAD “F”TXT:
VER:http://foro.seprin.com/showthread.php?72609-Radiograma-G6777-132-74-Lunes-21-de-enero-de-1974
*) EN ARGENTINA EL TERRORISMO FUE DESDE 1959- 1983 HISTORIA ARGENTINA COMPLETA
VER http://lahistoriaargentinacompleta.blogspot.com.ar/2007/12/sntesis-cronolgica-del-desarrollo-de-la.html
*) La guerrilla en argentina fue instruida, entrenada, financiada, y armada por Rusia en Cuba
FUE CUBA ‘Tata’ Yofre
VER YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=9ZfZi7OmTyM
J. B.Yofre: Me manejo con documentos porque sostengo que en la Argentina se mintió mucho https://www.youtube.com/watch?v=2O7vrfREUro
*) Presentación libro “Fue Cuba” de Juan B. Yofre en el Club del Progreso
VER: https://www.youtube.com/watch?v=tfj8WkZsR_w
*) EL “CHE Guevara”: Anatomía de un mito. (Archivo histórico)
VER: https://www.youtube.com/watch?v=RhOuD24c0wo&feature=youtube
*) “Yo invente lo de los 30.000 desaparecidos, sabemos que fueron 7000 y muchos los desaparecimos nosotros, el terrorismo”
Ver 1) : https://www.youtube.com/watch?v=7pf2NrO4ihw
2) http://prensarepublicana.com/los-montoneros-eramos-terroristas-ganabamos-la-guerra-fusilabamos-mundo-luis-labrana/?mkt_hm=3&utm_source=email_marketing&utm_admin=74814&utm_medium=email&utm_campaign=Los_Monton
*) La testigo montonera presa en la ESMA.
Verbitsky trata mal X´Q EN ESMA LA TRATARON BIEN y declara en un juicio de “Lesa” María Luján Bertella – Testigo de juicio e Causa Esma
https://www.youtube.com/watch?v=tDYdh0nWMsE
*) “LA FALSA PAZ DE SANTOS Y LAS FARC”
https://www.youtube.com/watch?v=Q9GlgZWvae4
*) https://www.youtube.com/watch?v=d3MxZYzwJpE JAIME BAYLY ENTREVISTA AL GRAN ALVARO URIBE VELEZ (12-05-2016)
*) Mas farsa de juicios de lesa
http://prisioneroenargentina.com/index.php/2017/01/01/luz-camara-accion-iv-la-farsa-de-los-juicios/
Luz,
*) Cámara, Acción IV . La Farsa de los Juicios . Tucumán 2013
https://www.youtube.com/results?search_query=C%C3%A1mara%2C+Acci%C3%B3n+IV+.+La+Farsa+de+los+Juicios+.+Tucum%C3%A1n+2013+
07/02/2017 a las 12:13 AM
Excelente el artículo y los comentarios pero ¿qué sentido tiene tanta sesuda tinta ?
Puede alguien creer realmente que a los adláteres y corifeos del marxismo los van a convencer o detener?
Aún en el caso supuesto de que la justicia argentina (dentro de algunas centurias) revoque la lesa humanidad y demás barbaridades jurídicas, los marxistas ignorarán tal medida y destrozarán a los integrantes del tribunal de marras.
Entiéndanlo de una vez, por favor !!!
El marxismo ya sabe que ganó esa guerra (dio vuelta el resultado militar y logró la victoria política, que es la verdadera victoria)
No habrá jamás otro resultado que el actual y nuestros soldados seguirán padeciendo hasta su final.
Si no lo hizo Macri, no cabe esperar nada de un futuro presidente que sea de otro signo político.
El caso es PEOR que los juicios de Núremberg: en ese caso criminales nazis fueron condenados ( y rápìdamente ) a penas menores (10 años, 15 años) y obviamente salieron en libertad y luego hasta algunos volvieron a la actividad en las nuevas FFAA.
Aquí hasta hay civiles y sacerdotes con cadena perpetua ! ¿cómo se ha permitido que se llegue a esto ?
Porqué «aflojarían la corbata» ?
No se engañen más señoras/sres ! Es crear una falsa espectativa a todas las familias.
La idea de los subversivos es el castigo a todos y por toda eternidad y disfrutarán estas mieles hasta el fin !!!
Si me preguntan ¿qué hacer entonces? diría que se comience por una ronda todos los viernes en Plaza de Mayo, que se vuelva a realizar cada año el acto en Plaza San Martín el 5 de octubre (por qué se suspendió? lo pidió Mauri para que no haya ruido???)
¿El resultado? algunas domiciliarias a mayores de 70..y punto !
Sin presión política no hay resultados. Los politicastros de mierda que nos gobiernan sólo temen el escándalo y el escarnio que les reste un votito. Pues bien! a moverle el culo a este sinarca que, por cagón, ya transó con las viejas terroristas!
07/02/2017 a las 4:16 AM
Es cierto lo que dice Sergio. La buena gente que tanto lucha por que se instale una verdadera justicia, carga a sus espaldas un contrapeso que les impide avanzar adecuadmente…, una temerosa religiosidad que condiciona sus manos y les ata los pies, actitud que arrastran desde hace inmemoriales tiempos, cuando les enseñaron a sufrir acá para goza «allá», conducta que ha redituado y reditúa beneficios a los sustentadores de esa piadosa esclavitud, ante la cual muchos Cristianos se rebelaron en distintas etapas de la Historia.
Guille
07/02/2017 a las 8:57 AM
El versito de «lesa humanidad» es el epítome del burdo e injusto sistema institucional/jurídico de nuestro país.
07/02/2017 a las 9:09 AM
La discusión por el Día de la Memoria
Completaremos la memoria cuando, sin odios ni hipocresías, superemos las divisiones y construyamos un futuro sobre la base de la verdad histórica
La decisión, luego rectificada, de hacer móvil el feriado del 24 de marzo despertó el rechazo de los organismos de derechos humanos, así como de una franja amplia del espectro político. También fue criticada por otras entidades y personas, muchas de las cuales están distantes de las ideas setentistas. Distintas fracciones del peronismo, en tanto, aprovecharon esa decisión del Gobierno para atacarlo y encontrar una oportunidad de convergencia partidaria.
Quienquiera que revise los archivos de prensa de los días y semanas previos al 24 de marzo de 1976 podrá hacerse una composición objetiva del marco social, político y económico de aquel momento. En marzo de 1976 se había llegado a un verdadero vacío de poder frente a una situación caótica. El peronismo descartaba el juicio político a la presidenta y carecía de capacidad y programa para apoyarla o sustituirla. Incluso en la oposición reconocían no tener soluciones. El terrorismo montonero y del ERP producía víctimas, atacaba cuarteles y asesinaba a policías y civiles.
Poco antes de morir, Juan Perón había consentido de hecho formas de represión ilegales y su sucesora firmó un decreto que ordenaba a las Fuerzas Armadas aniquilar la acción subversiva. Alrededor de 900 desapariciones fueron anteriores al 24 de marzo de 1976.
La ocupación del gobierno por las fuerzas armadas contó con un amplio consenso de la sociedad, como lo evaluaron en ese momento casi todos los analistas locales y del exterior. La Justicia ya se ha expedido debidamente sobre los orígenes y características del golpe de Estado. Pero la misma Justicia no se ha ocupado hasta el momento de investigar y sancionar a los responsables de la acción de los movimientos guerrilleros, quedando así incompleta no sólo la reconstrucción de la verdad histórica, sino también la sanción penal a todos los responsables.
Los setenta deben juzgarse con la historia y la memoria completas, que es exactamente la contracara del relato kirchnerista durante más de una década, sobre todo en su política de derechos humanos. Los avances anteriores hacia la pacificación y reconciliación fueron retrocedidos y la Justicia, con pocas excepciones, actuó con parcialidad, tanto sobre militares como sobre policías y civiles. Otra vez la contradicción: el carácter de lesa humanidad no se aplicó a los crímenes de las organizaciones armadas, una asimetría que contradice la jurisprudencia internacional.
Es innegable que hubo excesos y crímenes inaceptables de ambos lados, pero no existe una sola razón para que no se juzgue a las organizaciones terroristas, que fueron las iniciadoras del sangriento conflicto. Debe recordarse que el gobierno de Héctor Cámpora, fuertemente influenciado por las organizaciones subversivas, desmanteló el fuero judicial penal que juzgaba esos delitos. Tampoco hay que olvidar que, habiendo sido juzgados y condenados, luego de ser amnistiados en mayo de 1973, los guerrilleros atacaron físicamente a jueces y asesinaron al doctor Jorge Vicente Quiroga.
Las víctimas del terrorismo, que el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) identificó en 1355 muertos y 18.300 heridos y afectados, no han recibido reconocimiento ni indemnizaciones, mientras que sus victimarios y familiares fueron indemnizados y han ocupado altos cargos oficiales, especialmente durante la administración precedente. Basta un solo caso para exponer la irracionalidad con la que se manejaron estas cuestiones.
El soldado Luis Roberto Mayol, uno de los militantes montoneros que en 1974 coparon el Regimiento de Infantería de Monte de Formosa y asesinaron a 12 camaradas, es recordado con una placa en la Universidad de Santa Fe que lo reivindica como víctima del terrorismo de Estado.
La institución del 24 de marzo como feriado para conmemorar el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia fue una disposición de Néstor Kirchner, quien buscó construir poder e inmunidad haciendo un uso político de la causa por la defensa de los derechos humanos.
Quienes hoy critican al actual gobierno por haber intentado trasladar la fecha de ese recordatorio nada dijeron cuando el kirchnerismo le adosaba feriados puente convirtiendo el 24 de marzo en un fin de semana largo para promover el turismo.
Como sucedió no hace mucho con Darío Lopérfido, quien debió renunciar a un cargo en el gobierno de la ciudad por sus cuestionamientos al número de desaparecidos, ahora hay quienes reclaman la dimisión del jefe de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, por haber opinado sobre estos hechos. Podemos estar o no de acuerdo con los dichos de los demás, lo que no podemos hacer es censurarlos, ser intolerantes. Todos, funcionarios o no, tenemos el derecho de opinar.
Por lo tanto, resultan innecesarias las aclaraciones formuladas, entre otros funcionarios, por el actual secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, en el sentido de que las declaraciones de Gómez Centurión han sido «a título personal». Son para destacar, en cambio, las del ministro de Justicia, Germán Garavano. «Nunca más -expresó- tenemos que vivir un horror de Estado y nunca más sufrir una dictadura.»
En este contexto deberíamos leer con atención la sugerencia que, entre otros, ha hecho el obispo de San Francisco, Córdoba, monseñor Sergio Buenanueva, respecto de si no sería más apropiado conmemorar el 10 de diciembre, «día en el que los argentinos pronunciamos un sí no sólo a la democracia, sino a todo un modo de entendernos a nosotros mismos y a nuestra convivencia».
El 10 de diciembre de cada año, además, se conmemora internacionalmente el Día de los Derechos Humanos, pues recuerda la jornada que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la declaración universal sobre esos derechos, que son de todos.
El papa Francisco, en su visita a Filadelfia, cuna de la independencia norteamericana, hizo una profunda reflexión acerca de los pueblos que se empecinan en recordar su pasado, para poder afrontar con confianza los retos del futuro, y los que lo olvidan ignorando las consecuencias. «La memoria -advierte Francisco- salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que quieren dominarlo o utilizarlo para sus propios intereses.»
07/02/2017 a las 9:11 AM
El «sufrir acá para gozar allá» no implica dejar de decir la verdad, en ningún momento.
¿Alguien apoyó la moción de Beccar Varela?
07/02/2017 a las 9:22 AM
Sergio, lo que tu dices es una gran verdad, es también muy difícil luchar contra las ARGUCIAS DIALECTICAS Y SOFISMAS DEL NEOMARXISMO Y EL PROGRESISMO, SOBRE TODO CUANDO EL PERIODISMO, ORAL, ESCRITO Y TELEVISIVO, NO SE QUIERE ENFRENTAR, CON LOS ORGANISMOS DE DDHH.RECORDANDO LAS ATROCIDADES COMETIDAS POR LAS ORGANIZACIONES ARMADAS.
PERO CREO QUE ES NUESTRA OBLIGACION EXPLICARLES A LOS MAS JOVENES LO OCURRIDO (VERDAD COMO DISCIPLINA HISTORICA) Y NO DISTORCIONES,PARODIAS DE JUZGAMIENTOS Y TERGIVERSACIONES DE LOS HECHOS Y DE LAS PRUEBAS.
07/02/2017 a las 12:14 PM
GRACIAS MILITARES
NOS SALVARON DE LOS TERRORISTAS ERPIANO MONTONEROS
BIEN CAGADOS A PALOS ESTAN
NOS SALVARON
07/02/2017 a las 8:50 PM
Coincido con tu comentario. Cómo todas las personas mayores de 60 años he vivido esa época sonde por lo bajo, ante cada atentado, la civilidad comentaba que era necesario fusilar a estos H de P que matan a sangre fría. En mi opinión, los muertos del lado de la guerrilla bien muertos están. La verdaderas víctimas, que nunca reclamaron un peso, están del otro lado, las FFAA y la civilidad. Las declaraciones de Firmenich diciendo que estimaban tener que fusilar un millón de personas la tomar el poder o del inventor de los 30.000 desaparecidos para cobrar subsidios del exterior (están en Youtube, las bajé para tener constancia histórica) más los abundantes videos de la época y posteriores que reflejan el odio con que estos desviados hablaban de las FFAA y el país en general son una muestra que solo pueden discutir mentes afiebradas con las cuales no es merecedor discutir nada, solo cumplir la órden del decreto CONSTITUCIONAL de su exterminio, es esa época. El gran problemas lo tiene la juventud de hoy, envenenada por el accionar de la ideología gramsciana, porque los trabajadores, ni pelota ya, excepto algunos de sus delictivos ¿representantes? En lo que a mi respecta no hay argumento mentiroso que me haga mella y los cercanos conocen el accionar de estos delincuentes. Mis saludos.
09/02/2017 a las 8:55 PM
TODOS LOS POLÍTICOS DE TODOS LOS PARTIDOS EN 1975/76 BUSCABAN QUE LOS MILITARES (PORQUE AQUELLOS MILITARES TENÍAN PELOTAS, ALGO DE LO QUE CARECÍA Y CARECE LA «DIRIGENCIA» POÍTICA, ECLESIÁSTICA, SINDICAL, EMPRESARIA, ETC) PARA QUE SE HICIERAN CARGO DEL DESASTRE QUE ELLOS, LOS POLÍTICOS, HABÍAN CONSTRUIDO EN LA ARGENTINA, Y SIEMPRE JUGANDO A DOS PUNTAS, AZUZANDO A LOS MILITARES A MATAR GUERRILLEROS Y POR OTRO LADO DEFENDIÉNDOLOS, COMO LO HIZO ENTRE OTROS RICARDO RAÚL ALFONSÍN; GOLPEANDO LAS PUERTAS DE LOS CUARTELES PARA QUE LOS MILITARES HICIERAN LO QUE ELLOS NO SE ANIMABAN A HACER Y POR OTRO LADO LLENÁNDOSE LA BOCA DE DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO; RECHAZANDO HABEAS CORPUS Y AMPAROS Y BAJO CUERDA HACERSE LOS JURISTAS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS (NO SÉ DE OTRO SER QUE TENGA DERECHOS DESDE EL ESTRICTO PUNTO DE VISTA JURÍDICO) COMO EL PUTARRACO DE ZAFFARONI; PONDERANDO AL GRAL VIDELA COMO EL HOMBRE MÁS DEMOCRÁTICO CONOCIDO PARA LUEGO INVESTIGARLO Y ENROSTRARLE SER «GENOCIDA» COMO LO HIZO ERNESTO SÁBATO.
HIPOCRESÍA, COBARDÍA, VENALIDAD, TRAICIÓN A LA PATRIA, ALIANZA CON EL ENEMIGO INTERNACIONAL TANTO EN LO POLÍTICO COMO EN LO ECONÓMICO Y MILITAR.
ESO Y PEOR AUN ES LA CÁFILA DE POLÍTICOS QUE DESDE 1890 INFESTAN LA ARGENTINA CON SUS SOFISMAS, CON SU RESENTIMIENTO, CON SU ODIO A TODO LO QUE ES MÁS QUE ELLOS.
¡ QUE MAL RAYO LOS PARTA POR EL MEDIO !
¡¡¡¡ VIVA LA PATRIA !!!!