Por Juan José Guaresti.-
Los diputados duran cuatro años en su cargo y son elegidos mediante un sistema electoral, coloquialmente conocido como “lista sábana” y que consiste en que los partidos eligen internamente a todos los candidatos sin consultar con nadie fuera de su seno y los colocan en una boleta electoral que hay que votar por entero. El resultado es que en las listas figuran personas que pertenecen a determinada agrupación, pero generalmente son ilustres desconocidos para quiénes se ven obligados a votarlos en los comicios. En definitiva no representan a quién los vota, el cual, con suerte, conoce a uno o dos de la lista. A esos desconocidos les va a dar un mandato que incluye disponer de sumas inmensas, de adoptar decisiones que van a tener influencia enorme en sus vidas y a quiénes nunca podrá reclamar nada. Son virtualmente impunes. Se trata de mandatarios ajenos por completo a sus mandantes. El acto de votar del ciudadano común es un acto mecánico que se reduce a tomar la boleta y darle mandato a un desconocido para que gobierne en su nombre. Se le entrega a una persona, cuyos méritos y aptitudes se ignoran y a quién normalmente no se lo vio jamás, la posibilidad de resolver como va a ser su destino. Lo que Ud. le entrega a un diputado jamás lo haría con un particular, salvo que lo conociera mucho y también de mucho tiempo atrás. Este sistema electoral nuestro es algo inaceptable. Cuando el diputado es elegido de esa manera y asume el cargo, muchas veces no se siente obligado por nada ni por nadie a escuchar a sus electores ni a responderles en ninguna forma. Normalmente no los recibe. Ni les contesta las cartas o los llamados telefónicos. Saben nuestros diputados que quiénes hicieron posible el cargo que tienen con su voto, no están en condiciones de reprocharles nada. Los resultados no pueden ser mejores que los que son. No hay duda que en nuestro medio hay diputados que cumplen con su deber y brillarían en cualquier Parlamento del mundo, pero el método con que se los elige no garantiza la excelencia de los más. En Estados Unidos, en Chile, en Inglaterra, y otros países los diputados son elegidos por distritos y al comicio se presenta un candidato por partido en ese ámbito geográfico, de manera que no tiene más remedio que hacerse conocer lo más que pueda por sus conciudadanos para demostrar que es mejor que sus oponentes y, desde luego, sentirse obligado con quienes lo ungieron en el cargo. Le es mucho más difícil a este representante así nombrado, que al elegido según nuestro sistema, negarse a recibir a quien quiere exponerle un problema y pedir una medida de gobierno. Cuando uno habla con ciudadanos de países donde los diputados son elegidos en forma “personalizada”, es relativamente frecuente que le digan en su conversación que fueron a ver por algún motivo al representante de su distrito o lo irían a ver si tuvieran algún problema. Entre nosotros muy pocos lo intentan porque es difícil que lo reciban. Si acaso, pueda llegar con suerte a hablar con algún colaborador… Si queremos tener diputados de poca envergadura, que no controlen adónde van nuestros impuestos y que voten leyes que no estudiaron, ni vigilen que los funcionarios cumplan con su deber y que además, no sea fácil que nos atiendan, es recomendable, lector amigo, que sigamos con el presente régimen electoral. Si se quiere, en cambio, mejorar la eficiencia y competitividad de nuestra economía, bajar los precios internos y expandir la producción, tener la seguridad, la educación, la salud que necesita para Ud. y su familia, se necesita tener mejores diputados que los que habitualmente nos representan y que se hayan tomado el trabajo de saber lo que el pueblo quiere. No se puede seguir con la lista sábana. Urge cambiar el régimen electoral. Una prueba que aquello por lo cual se aboga en estas líneas es acertado, lo brinda una señora argentina virtualmente desconocida que se dedicó durante varios años a hablar con la gente, visitarla, escucharla, ver sus problemas y hacerse conocer en la Provincia de Buenos Aires. Su actitud hizo que el pueblo comprendiera, que, por fin, se habían acabado los discursos y que allí aparecía alguien, de carne y hueso, que quería enterarse de lo que realmente pasaba y comprometerse con su resolución. La respuesta de la gente fue un alud de votos a su favor y la eligió gobernadora de su provincia porque encontró a alguien que la iba a representar. Les ganó a todos. Lector, disculpe lo que le voy a decir pero, aunque se enoje, debo asegurarle que la mayoría de las personas que hemos votado a lo largo de nuestras vidas como diputados, no nos representaron correctamente, de lo cual somos los únicos culpables por no exigir que sean elegidos de una manera que podamos saber quiénes son y cuanto valen. Hacen unos 34 años que esta pluma aboga por volver al régimen electoral por circunscripciones (distritos), y no por listas sábanas, que crearon en 1904 Julio A. Roca y su ministro Joaquín V. González y que permitió elegir por el barrio de la Boca a Alfredo L. Palacios que fue uno de los más grandes parlamentarios argentinos. Espero que con su ayuda, lector, no tenga que seguir insistiendo.
17/10/2017 a las 11:00 AM
Buen artículo, Sr. Guaresti.
17/10/2017 a las 12:24 PM
TOTALMENTE DE ACUERDO CON UD. SR.GUARESTI
SOBRAN LAS PALABRAS…UD.LO HA DICHO TODO!!
17/10/2017 a las 12:25 PM
Correctísimo Doctor con el sistema del Gral. Roca, ¿pero sabe una cosa? se olvidó de los políticos actuales que vienen desde hace décadas viviendo de la cosa pública, dejando descendientes en todos los ámbitos y no hay forma que una persona honesta, capáz y de trabajo pueda llegar; si hacemos lo que usted describe como el mejor sistema, se acaba el «negocio» de la política y volverá ser un servicio público, como en antaño que los Consejales eran Ad Honorem, al igual que los Consejeros Escolares, hoy todos estos son cargos rentados y muy buenas remuneraciones.
17/10/2017 a las 6:21 PM
A no dudarlo que sería volver a la esencia de la diputación – representante del pueblo – eso es lo que es un diputado representante de la gente que camina por la calle, pero resulta que este simple concepto ha sido casi borrado a lo largo del tiempo desde hace unos 72 años con el advenimiento del caudillismo nacional y el AMEN para todo lo que el caudillo impusiera. En las provincias la cosa es en alguna medida distinta pues todos nos conocemos un poco mas pero igual sucede.
Elegir por circunscripciones aportaría no solo transparencia a la acción del elegido como representante sino que si se le agregara la obligatoriedad de la presentación de su curriculum vitae cuando se postula como candidato daría la posibilidad de evaluarlos también por su nivel escolástico y no aparecerían diputados cuasi analfabetos como ha sucedido en oportunidades que lo único que hacen es levantar la mano para votar lo que se les ordena sin haber leído el proyecto de ley.
17/10/2017 a las 7:49 PM
LA DEMOCRACIA SÓLO EXISTE EN UN PUEBLO CULTO Y NO EN UNO IGNORANTE HASTA EL CANSANCIO COMO EL ARGENTINO.
LOS POLÍTICOS SÓLO SON ADVENEDIZOS, ALCAHUETES, CORRUPTOS QUE VIVEN DE LOS IMPUESTOS APLICADOS AL PUEBLO COMO LAS OLIGARQUÍAS MÁS DELEZNABLES.
LOS LEGISLADORES DEBEN SER ENCERRADOS EN EL CONGRESO Y A ÉSTE PRENDERLE FUEGO.
18/10/2017 a las 1:09 PM
Que los ignorantes existen es un hecho.
Y no me importa qué número o porcentaje de la población son.
Los comentarios que aquí se postean tienen un destinatario, y si ese destinatario fueran los ignorantes no serían sino una pérdida de tiempo, porque creo, y en ésto me parece que estaremos de acuerdo, que por definición los ignorantes no saben ni entienden nada de nada.
Los que sí me importan son los que no somos (o creemos no ser) tan ignorantes como para no ser capaces de reconocer nuestros propios errores.
18/10/2017 a las 1:32 PM
Las ganas de prenderle fuego al congreso yo también las tengo, pero hay que reconocer que todos los tránsfugas están ahí porque sus nombres figuraban en las boletitas que nosostros mismos pusimos en cada sobre y en cada urna.
Que además existe el fraude electrónico, también es un hecho.
Pero este segundo hecho solamente puede tener lugar a partir del primero: los «votos de confianza» que son nuestros votos, los de todos los votantes.
Es viejo dicho:
«La culpa no es del chancho…»
20/10/2017 a las 10:34 AM
LAS PASO DEMOCRATIZAN LOS PARTIDOS Y LA ELECCION POR DISTRITO ELIJE UN REPRESENTANTE PARA UNA CANTIDAD DE CIUDADANOS Y LOS CANDIDATOS SE VEN OBLIGADOS A SER CONOCIDO POR SUS VECINOS A CAMINAR LA CALLE Y CONOCER LAS NESECIDADES DE LOS VOTANTES==EN CAMBIO LAS LISTAS SABANAS FOMENTAN QUE POR EJEMPLO EN EL CONGRESO NOS ENCONTREMOS CON ASESINOS MONTONEROS DISPONIENDO DE NUESTRO FUTURO Y EL CONGRESO TERMINE SIENDO UN AGUANTADERIO NACIONAL