Por Antonio Rossi.-

Las principales empresas del ámbito petrolero (YPF) y gasífero (Metrogas) cerraron sus balances de 2020 teñidos de rojo e impregnados con la doble incidencia negativa que debieron afrontar por el impacto recesivo de la pandemia y la errática política energética del gobierno que encabeza Alberto Fernández.

YPF, la petrolera de mayoría estatal, perdió 1.098 millones de dólares en 2020 y por primera vez en 30 años registró una caída en sus ventas en pesos.

El impacto de la crisis sanitaria y económica del coronavirus provocó un desplome del 70% en las ventas de combustibles entre abril y mayo y una caída anual del 30% en los despachos de naftas y del 11% en el caso del gasoil.

Si bien después de agosto la compañía comenzó un proceso de ajustes periódicos en los surtidores, los valores de los combustibles medidos en dólares resultaron un 15% menos que los registrados en 2019 y un 30% menos del promedio de los últimos 10 años.

La facturación en pesos experimentó una caída inédita. Tras haber llegado en 2019 a los 678.000 millones de pesos, en el último año no alcanzó a superar los 669.000 millones de pesos.

En medio de la pandemia, YPF llevó adelanto un ajuste laboral para bajar sus costos operativos. Con un programa de retiros voluntarios que tuvo un costo de 125 millones de dólares, la empresa logró recortar en un 13% el plantel de los trabajadores fuera de convenio.

En tanto, la inversión en 2020 se ubicó en los mínimos históricos. Alcanzó un total de 1.554 millones de dólares, un 56% menos que lo invertido en 2019. Los directivos de la petrolera reconocieron que «esta dramática reducción del gasto en capital tuvo un impacto muy significativo en nuestra operación de gas y petróleo con una disminución del 9,2% interanual que aceleró la tendencia de declino de la producción de los últimos 5 años».

Para compensar en parte el trago amargo que implicó la difusión de las pérdidas, los voceros de YPF “refritaron” un anuncio realizado el mes pasado con la inversión prevista para este año.

Según prometió la petrolera, en 2021 las inversiones llegarán a los 2.700 millones de dólares, de los cuales 600 millones de dólares corresponderán a los compromisos asumidos para reactivar la producción gasífera en el marco de los nuevos contratos del Plan 2020-2024 que fueron acordados con el Gobierno en diciembre pasado.

En tanto, Metrogas -la principal distribuidora de gas del país cuyo control accionario está en manos de YPF- cerró el ejercicio 2020 con los números en rojo más abultados de toda su historia y advirtió que empeorará su situación si el Gobierno no actualiza las tarifas.

Privatizada en 1992, la gasífera -que presta servicios a 2,4 millones de usuarios en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires- acumuló el año pasado una pérdida neta de 13.368 millones de pesos que contrasta fuertemente con la ganancia de 57 millones de pesos de 2019 y el resultado negativo de 1.669 millones de millones que había tenido en 2018.

Del monto total de las pérdidas algo más de 5.400 millones de pesos corresponden a la parte operativa y 7.967 millones de pesos a una “revaluación contable” que muestra la fuerte devaluación que registraron sus activos.

Los directivos de Metrogas destacaron que el principal factor que afecta a la empresa es el congelamiento de tarifas que ya lleva dos años de vigencia y genera un marcado retraso en los ingresos con gastos y costos operativos que siguiendo la línea de la inflación han experimentado aumentos superiores al 100% desde 2019. A eso se sumó el descenso global del consumo por el impacto de la pandemia y las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno que provocaron caídas del 20% en las facturaciones residenciales; del 49% en comercios e industrias y del 72% en los despachos a las estaciones de GNC.

Según la evaluación de la empresa, la situación en este año podría agravarse si el Gobierno no empieza a resolver los problemas que afectan al sector. «En la medida que el Enargas no adopte medidas tendientes a corregir la tarifa de distribución, esto continuará impactando negativamente en la sociedad, disminuyendo el flujo de ingresos y empeorando la actual situación económico-financiera”, alertó el último informe elevado a los accionistas y a la Bolsa porteña.

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