Por Hernán Martínez.-

Terminada la aventura de YPF, impera la necesidad de que los responsables y avales de esta operación pasen por un proceso judicial y posterior condena. Es momento de que quienes toman decisiones políticas erráticas e irresponsables paguen por sus consecuencias. ¿Dónde están nuestros impuestos? La respuesta es en las arcas de los fondos que adquirieron los derechos de reclamo de YPF. Tan livianamente y con el tilde populista, Kicillof y «la condenada que debería estar presa» nos hundieron en una deuda que, si Dios quiere, será de 5.000 millones; si no quiere, será de 17.000. Estos irresponsables, ineptos, burros, populistas, brutos e indeseables deben sí o sí pagar por el resultado de sus actos, con patrimonio propio, con condena y presos por inútiles. Con la plata de todos hicieron su carrera política; con una condena judicial, se encontrarán con el ocaso, y con la verdad de que han sido unos oportunistas devenidos en políticos de turno que fracasaron.

Es hora de empezar a dar el ejemplo.

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