Por Luis Américo Illuminati.-

«Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía». Thomas Jefferson

Un actor dignísimo y un gobierno inmoral. Pablo Alarcón, un argentino de ley. Su discurso es un sonoro cachetazo a la decadencia y al extravío general. Causa admiración que en medio del desastre que es el gobierno «K», un hombre digno, lúcido y honrado señale con una brújula moral en la mano el camino correcto, un ejemplo de dignidad, un hombre-faro en medio de la confusión y la medianía. En sus presentaciones callejeras le dirige una cruda y valiente Parresia* al gobierno «K»: un plantel de sátrapas que descaradamente nos roban hace 20 años.

Pablo Alarcón se presenta todos los domingos de 15 a 17 en Plaza Francia, junto al músico Augusto Gavilán, donde hace cuatro o cinco funciones del “Discurso sobre la servidumbre voluntaria” de Étienne de La Boétie. En diálogo con TN Show, contó qué fue lo que lo impulsó a tomar esta decisión más allá de la necesidad de ganar dinero para vivir. “Es un grito encendido contra la corrupción”, sostuvo. Tras señalar que siempre admiró a los artistas callejeros, reflexionó sobre su experiencia. Lo que pasa es que acá estoy trabajando en una cuerda sin red, se sinceró y explicó que su espectáculo, más allá de ser un hecho artístico y político, también es un hecho económico. “Si bien no tengo deudas y tengo techo, pienso en que anoche llovió y que hay personas en situación de calle que la pasan mal. A continuación, recitó una parte del texto. «Me pregunto qué debo hacer. El gobierno no se lo pregunta. Y si se lo pregunta, no responde. No hacen nada. Nos roban. Manejan la cosa pública como si fuera de ellos. Y muchos están contentos. Y los que no están de acuerdo con ese gobierno, se callan. ¿Saben por qué? Porque tienen miedo». Y reflexionó: “Notable cómo encaja en esta realidad ¿No? Una gran razón es transformar este texto en un discurso político”, remarcó y aclaró que es algo que decanta por sí solo.

Es dable destacar que el «Discurso sobre la servidumbre voluntaria» es una verdadera parresia, un acto de escritura, un manifiesto contra el analfabetismo, la miseria, el hambre y la enfermedad, males que asolaban al pueblo empobrecido y sometido bajo el peso de la tiranía y el despotismo en tiempos del rey Francisco I. Esta situación perduró sin cambios hasta que irremediablemente desembocó más tarde en la Revolución Francesa. El discurso comienza así: «No se puede creer cómo el pueblo, en cuanto es sometido, cae repentinamente en un olvido tan grande de la libertad que no es posible que se despierte para recuperarla, sirviendo de tan buena gana que, al verlo, diríase que no perdió su libertad, sino que ganó su servidumbre».

Étienne de La Boétie fue el mejor amigo de Michel de Montaigne. Su manifiesto es uno de los textos más grandes de la historia del pensamiento político. El autor revoluciona la forma de pensar del Estado Absoluto. Su tesis y su argumento constituyen la mejor respuesta jamás escrita contra Maquiavelo cuya obra «El Príncipe» es un Manual de perfecta perfidia para gobernantes que aconseja que «el fin justifica los medios» aunque los medios sean los más perversos y repudiables, metodología idéntica a la practicada por el kirchnerismo.

* Parresía significa, pues, «decir todo», en el sentido de decir valientemente todo lo que uno tiene que decir a quien fuere sin callarse nada, es decir, hablar con franqueza y sin miedo. Y parresiasta es el sujeto que toma la palabra. Pablo Alarcón como actor callejero se ha convertido en un auténtico hombre del pueblo que hace enrojecer a los Belliboni, los Moyano, los Grabois y a todos los zurdos y sátiros de La Cámpora y corifeos de «Unión para hundir la Patria».

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