Por Oscar Edgardo García.-

El caso de las tarjetas de débito va más allá de que su titularidad corresponde a falsos y/o inexistentes empleados de la legislatura bonaerense.

Por un lado, la clase política ha guardado un insólito silencio y eludido la profundización de la investigación y, por otra parte, la justicia ha puesto en evidencia una inexplicable complicidad, a la que se suma la supuesta protección de la Policía Bonaerense sobre el principal imputado reflejada en los allanamientos realizados con resultados negativos.

Todas estas demostraciones permiten presuponer fundadamente que son varios los funcionarios y los políticos que están involucrados culpablemente en el caso, así como también la magnitud de la corrupción existente concomitantemente con el mismo.

En virtud de todo ello, es indubitable que en el caquelon en el que se prepara la fondue en la legislatura bonaerense, Chocolate Rigau no es el único que está dentro del recipiente sino que hay una variedad de otros chocolates que lo acompañan con ineludible culpabilidad en la cocción.

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