Por Raúl Mario Ermoli Galluppi.-

El hallazgo, por denuncias, de dos urnas repletas con los sobres VACÍOS, durante el recuento final en la ciudad de La Plata, sumado a lo que muchos votantes públicamente afirman: que vieron boletas rotas, o faltantes, tanto de Javier Milei como de Patricia Bullrich, lo cual nos da todo el DERECHO a dudar (por lo menos), de los resultados…

Sumado a que nadie puede explicar, y el propio sentido común lo sugiere, cómo es que en muy pocos días miles y miles de personas, (así como así), cambiaron sus votos, sus preferencias expresadas claramente en las PASO, elecciones que fueron limpias, y en las que Massa salió tercero «cómodo», para luego «mágicamente» el 22/10, pasar a ser el primero y el gran ganador, lo que es por lo menos insólito por más «planes platita», bonos, y demás «regalos», que repartan como acostumbran hacer antes de las elecciones…

Ahora, en este contexto, podemos preguntar, aunque a más de uno no le guste: ¿Cuántos de esos votos que supuestamente obtuvo Massa fueron realmente para él?

¿Qué pasaría si se abrieran TODAS las urnas, como se hizo en La Plata?

¿Y si se controlaran SERIAMENTE todas las planillas con los votos registrados de cada mesa y cotejadas con los telegramas que se envían y recibe el  orreo, controlado por «La Cámpora»?

Ya lo está avisando muy claramente el Gobernador de Mendoza: que hay peligro cierto de FRAUDE para el próximo 19/11 si no se toman las medidas, un control estricto, tanto de las boletas en los cuartos oscuros, como el recuento, los telegramas, y denunciar pública y judicialmente ante la menor irregularidad.

¡NO CALLEMOS, POR FAVOR!

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