Por Oscar Edgardo García.-

Quizás con algún grado de ingenuidad, Javier Milei reconoció que mantiene conversaciones con quien fue su noble y fiel compañero: su perro Conan.

Quizás sin algún grado de ingenuidad, Sergio Massa manifestó que tomó mate con el cura villero Bachi en una fecha posterior a su fallecimiento ocurrido en el año 2020.

De manera fortuita estamos frente a dos manifestaciones discursivas que tienen un punto en común que es la muerte pero que están claramente diferenciadas porque en el caso de Milei está vinculada con el amor y en el de Massa con un rasgo permanente que lo identifica en todo su accionar que es la mentira.

Los sentimientos de Milei pueden resultar sorprendentes pero al mismo tiempo comprensibles mientras que las recurrentes mentiras de «Pinocho» Massa son totalmente inaceptables y esa es la conducta que predominará permanentemente en toda su vida.

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