Por Hernán Martínez.-

Un lindo cuento para aprender de la naturaleza. La foto histórica de la bífida, el mono gelada y el sapito cro cro quedará para la posteridad y nos deja un gran aprendizaje. Los salvajes a pleno quienes decidieron sobre el destino de la jungla, atizando las diferencias entre las especies para que la jungla nunca deje de ser tal y así poder someterla al poder de turno representado en esa foto, se despiden del podio. La rivalidad entre las especies y la división de las mismas dio poder al tripartito para instalar la agenda más conveniente. Sólo que se olvidaron que el león estuvo viendo cómo se desgastaba la jungla para encontrar la oportunidad, sugerida por la bífida, que se postule y lo elijan como verdadero rey de la selva por más tigre que se anteponga. Y ahí pasó, las especies se unieron porque la naturaleza en sí no admite una bífida como reina; si no, miren lo que le pasó a Adán y Eva: la serpiente los convenció del infierno. Hoy estamos ahí, en el infierno, y sólo saldremos cuando el león ponga las cosas en su lugar, al tigre en el banquito de los acusados para que rinda cuentas del espantoso desastre que originó y los millonarios fondos que dilapidó; a la bífida sin respaldo y con una Blackberry por años, y las especies designando nuevos referentes. Ahí recién los veremos a todos los animales en una vida tranquila, con el lago lleno de patos viviendo en paz con el león, sabiendo que los frutos de la selva serán administrados y no dilapidados. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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