Por Carlos Tórtora.-

Javier Milei abrió la posibilidad de que el Pacto de Mayo se difiera para junio o julio. De este modo, el gobierno evitaría el ya desgaste de tener que firmar el acuerdo con la ley ómnibus sin sancionar y una situación de marcada precariedad. En su anuncio, al presidente se lo vio distendido y como bajándole el precio al Pacto de Mayo. En alguna medida, el interés de Milei por el evento sería hoy menor que cuando lo anunció el 1 de marzo. Esto es, los aliados que entonces necesitaba la Casa Rosada, los gobernadores, los fue consiguiendo en las siguientes semanas y no se ve que se vayan a agregar otros nuevos. Obviamente, a Martín Llaryora le cabe un interés especial en el tema como es que Córdoba sea el centro de la política nacional.

La ya casi segura desactivación del Pacto de Mayo también desarmaría los intentos de hacer una contracumbre, en este caso impulsada por los gobernadores patagónicos.

Por último, es obvio que Milei apuesta a que en los próximos 60 días empiece a haber indicadores económicos positivos y se revierta el humor social. En ese caso, la fila de gobernadores para el Pacto de Mayo podría engrosarse.

El esquivo Senado

Lo cierto es que los senadores libertarios Bartolomé Abdala y Ezequiel Atauche ayer a la noche no podían garantizarle a Milei que haya dictamen favorable para la ley ómnibus y el pacto fiscal. Se nota demasiado que el gobierno carece de negociadores de peso como sí tiene en Diputados. Víctima de la desconfianza de su compañero de fórmula, Victoria Villarruel quedó al margen de toda negociación y se ocupa de aclararlo a quienes la visitan. La crisis de conducción de la negociación señala que el final todavía está abierto.

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