Por Oscar Edgardo García.-

Próximamente Javier Milei cumplirá 6 meses al frente de la Presidencia de la Nación, posición a la que arribó luego de obtener la mayoría de los sufragios del electorado del país.

Es muy meritorio que actualmente conserve niveles positivos de aprobación frente a un contexto de fuerte ajuste fiscal, crisis social, inflación y recesión.

A todo ello deben sumarse las dificultades que enfrenta para conformar la integración de sus cuadros de gobierno y la paupérrima fuerza política que posee tanto en el Congreso Nacional como en las gobernaciones e intendencias de todo el país, circunstancia que le impide concretar sus proyectos mediante el dictado de las leyes correspondientes.

A pesar de la profunda crisis social y económica por la que atraviesa el país y de los problemas que por sí mismo enfrenta su gestión de gobierno, el Presidente de la Nación ha destinado parte de sus valiosos espacios de tiempo para presentar un libro de su autoría brindando una cátedra de economía, cantar en público, satisfacer entrevistas frente a periodistas de su preferencia y realizar sucesivos viajes al exterior, con prevalencia de los motivos personales.

Frente a este cuadro de situación, Javier Milei, inconscientemente o no, junta equivocadamente las aguas confundiendo la misión que el pueblo argentino le ha encomendado a través de su voto con sus objetivos estrictamente personales.

Sería deseable que reflexionara sobre el particular, que considerara que el tiempo es uno solo y que las fuerzas del cielo lo iluminaran para establecer prioridades, dividiendo las aguas para comenzar a nadar únicamente por las turbulentas en las que se encuentra el país, dedicando la totalidad de su talento y su esfuerzo para llevar a cabo exitosamente su misión de gobierno y llegar a buen puerto cumpliendo con su mandato presidencial y que una vez que arribe al mismo reinicie la natación por aquellas aguas que le permitan cumplir con su misión personal de convertirse en un líder mundial con sus teorías.

El pueblo argentino le estará muy agradecido por la separación temporal de sus misiones de liderazgo, y su imagen personal también.

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