Por Carlos Tórtora.-

El gobierno consiguió mayoría en el Senado para el dictamen de la Ley Bases y se estima que podría tratarse en el recinto el 12 de este mes. Sin embargo, los riesgos de un fracaso político todavía están presentes. La presión local sobre algunos senadores para pronunciarse contra la ley fue grande y quedó pendiente. Si en la votación en particular el proyecto fuera cuestionado en cada uno de sus capítulos, el resultado podría ser una ley debilitada al máximo. Este podría ser el peor escenario al que se enfrente el oficialismo. Justamente, cuando se debatió la primera versión de la Ley Bases, los cambios introducidos en la votación en particular fueron de tal magnitud que Milei optó por retirar el proyecto. Hoy no estaría en estudio por parte del oficialismo repetir la maniobra, pero tampoco se descarga que se repita la crisis.

Esta sería entonces una de las principales razones de la prudencia con que la Casa Rosada está manejando el tema, sin triunfalismo alguno y con escasas muestras de entusiasmo. Es más, el gobierno les habría informado a los representantes del FMI que todavía no se puede dar por sancionada la ley.

La delegación en Francos

Es así que Milei, en sus frecuentes apariciones públicas, elude la cuestión para no provocar reacciones y prácticamente no habla del tema, pese a que de la sanción de la norma están pendientes hasta los próximos desembolsos del FMI.

Pero aunque los libertarios se esfuerzan por disimular, lo cierto es que la gobernabilidad depende en buena medida de la sanción de la ley y que, hasta que la misma no se concrete, el gobierno está en una situación precaria.

La delegación del gobierno que Milei hace en Guillermo Francos es el mayor ejemplo de hasta qué punto el presidente apuesta a este tema.

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