Por Carlos Tórtora.-

Desde la salida de Nicolás Posse del gabinete, la tensión entre Javier Milei y Mauricio Macri aumentó. Dueña del escenario de Casa de Gobierno, Karina Milei habría tenido diversos gestos de disgusto hacia el jefe del PRO. Incómodo, Macri intentó una aproximación con Sandra Pettovello para relajar los ánimos pero le fue mal.

Mientras tanto, en la Cámara de Diputados varios legisladores del PRO se descolgaron y votaron a favor del proyecto de nueva fórmula jubilatoria que Milei ahora amenaza con vetar.

A todo esto, Patricia Bullrich buscaba el modo de neutralizar la ofensiva de Cristian Ritondo en el PRO bonaerense.

El ambiente, así de enrarecido, llegó a estar cruzado por versiones de un corte de relaciones entre Milei y Macri.

La realidad es que el gobierno no puede darse el lujo de que los legisladores nacionales del PRO dejen de apoyarlo. Esto, salvo que Milei ya tenga in mente un rompimiento de relaciones con el Congreso y patear el tablero. En ese caso, no se explicaría por qué puso al frente del gobierno a un negociador como Guillermo Francos.

Macri sigue masticando la idea de presentarse el año que viene para senador nacional por la Capital, lo que iría en contra de los planes de La Libertad Avanza, que hasta ahora no tiene candidatos de relieve ni en Capital ni en Buenos Aires. Aunque falta mucho, el panorama para el gobierno es sombrío porque, si Cristina Kirchner se presentara para diputada nacional por Buenos Aires y Macri para senador por Capital, los libertarios quedarían a la defensiva y sin candidatos de ese nivel para competir.

Cada vez más difícil acordar

Sin irnos tan lejos, el panorama de las próximas semanas se presenta bastante complicado. Suponiendo que la Ley Bases obtenga la media sanción del Senado, con el actual cuadro de situación es probable que sea desguazada en la votación en particular.

Los legisladores dialoguistas perciben que el humor social poco a poco va tomando distancia del gobierno.

En consecuencia, conseguir mayoría en el Congreso le resultaría cada vez más complicado a Milei. Si esto termina en el veto de leyes, la conflictividad sería difícil de apaciguar.

El macrismo, como único aliado del oficialismo, es el indicador más preciso de hacia dónde soplan los vientos.

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