Por Carlos Tórtora.-

Si algo caracteriza hoy al espacio opositor es la falta de ideas que oponer a la tormenta de iniciativas que casi a diario descarga Javier Milei. En esta especie de desierto político empezó a despuntar una idea con futuro: la creación para el 2025 de un frente anti-Milei.

El tema fue dominante en el reciente acto de homenaje por los 70 años del Partido Demócrata Cristiano.

Allí estuvieron presentes, entre otros, Germán Martínez, Mónica Fein, Maximiliano Ferraro, Diego Santilli y Miguel Ángel Pichetto.

Allí se habló de que el año que viene sería viable una coalición opositora que dispute las legislativas, aunque es muy difícil que la misma pueda incluir al kirchnerismo, que por ahora sólo admite un frente conducido fuertemente por La Cámpora. Con relación al resto, un arco que va desde Horacio Rodríguez Larreta hasta Martín Lousteau.

Una coalición con esos nombres está recibiendo ya las observaciones de Sergio Massa. Para el tigrense, semejante alianza opositora, por contraposición, terminaría fortaleciendo a Javier Milei, que la utilizaría como expresión del rejunte de la casta.

El 39%, la línea roja

En cuanto al cuándo del frente anti-Milei, en el panel realizado el viernes pasado en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, expusieron Martín Lousteau y Daniel Gollán. Este último fue al grano: el frente anti-Milei, dijo, se formará cuando el presidente caiga por debajo del 39% en las encuestas. O sea, dentro de dos o tres meses, si se mantiene la actual tendencia.

La ciudad de Buenos Aires ya es el laboratorio electoral más avanzado. Por ejemplo, Lousteau y Leandro Santoro ya están conversando sobre una lista de unidad para las candidaturas de senadores y diputados nacionales. Si el esfuerzo opositor prospera y la Libertad Avanza es derrotada en Buenos Aires y Capital, el proyecto de Milei se volvería inviable. En la provincia no pocos amigos de Massa están jugando a que éste encabece la lista para diputados nacionales y que no haya ninguna otra lista opositora importante.

De continuar las actuales tendencias económicas, el capital político de estos nuevos proyectos sería el eventual voto castigo a Milei de una clase media que viene resultando empobrecida en el 2024.

Obviamente, el frente anti-Milei dejaría descolocados a la mayor parte de los gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo y que coquetean con la Casa Rosada para un armado electoral que cada vez parece más improbable.

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