Por Carlos Tórtora.-

Con la reanudación de la actividad legislativa hay un tema cuya conflictividad puede generar una sería crisis y es el proyecto de movilidad jubilatoria. Las comisiones de Trabajo y Previsión Social empezaron ayer a tratar el proyecto en el Senado y se estima que podría tratarse en el recinto a mediados de este mes.

Javier Milei ya anticipó categóricamente que, si se sanciona esta ley que dispone un aumento de las jubilaciones, entrará en crisis el superávit fiscal, así que en ese caso habrá un veto del Ejecutivo. Si se produce el veto, la cámara de origen del proyecto podría insistir con el mismo si reúne los dos tercios de votos. Esto generaría una movilización contra la Casa Rosada en ambas cámaras y podrían frenarse las negociaciones de los libertarios con la oposición dialoguista.

Cómo ganar tiempo

Para tratar de evitar que se precipite la crisis, varios operadores de la Libertad Avanza en el Senado están ideando un mecanismo dilatorio en el Senado. Si fuera imposible evitar el tratamiento del proyecto en el recinto, los libertarios tratarían de introducirle algunas modificaciones al mismo. En ese caso, el proyecto no se convertiría en ley, porque debería volver a Diputados para el tratamiento de las modificaciones. Una maniobra dilatoria que, en definitiva, sólo permitiría ganar un poco de tiempo.

Para el gobierno, tener que cargar con un mayor repudio de los jubilados no es una perspectiva agradable y menos aún en momentos en los que la imagen de Milei viene cayendo pronunciadamente. Pero nadie duda que el presidente recurrirá al veto.

Para Guillermo Francos, autor de la política de apaciguamiento del Congreso, la crisis por la movilidad jubilatoria podría significar la vuelta al enfrentamiento entre la Casa Rosada y el Congreso.

Esta situación se daría justo cuando la CGT acaba de darle un portazo al gobierno, abandonando la mesa del diálogo por su crítica a la reinplantación del impuesto a las ganancias.

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