Por Carlos Tórtora.-

En una ofensiva inesperada, el gobierno nacional arremetió contra la Ciudad en dos temas económicos sensibles. Por un lado, Luis Caputo incumplió el acuerdo que tenía con Jorge Macri para aumentar la coparticipación porteña a 2,95% e incumplir así el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la coparticipación. Simultáneamente, el Secretario de Transporte Franco Mogueta le comunicó al Gobierno de la Ciudad que la Nación le quitará el subsidio al transporte, con lo cual la tarifa del colectivo podría llegar a 1500 pesos.

En sintonía con todo esto, Javier Milei apareció en el balcón de la Casa Rosada junto a Santiago Caputo, quien fuera duramente cuestionado conjuntamente con Karina Milei.

Todo indica entonces que el presidente está presionando a los Macri en el aspecto más sensible, que es el bolsillo. Esta operación es interpretada por algunos como un aumento del apoyo presidencial a Patricia Bullrich, que sostiene que, de facto, ya se estaría produciendo una absorción del PRO por parte de La Libertad Avanza.

Ahogar al PRO es la consigna

Esto coincide con la intención oficial de iniciar una fuerte ofensiva en la Provincia de Buenos Aires para hacer crecer La Libertad Avanza en el conurbano, ahora contando con la participación de Diego Santilli y del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. El acto del 20 de este mes en algún lugar del conurbano -que todavía no está confirmado- mostraría a un Milei decidido a ganar el año que viene en suelo bonaerense.

Milei ya sabe que Mauricio Macri jamás aceptará fusionarse con LLA para terminar siendo un peón del gobierno. La intención del expresidente es competir en una PASO con el partido libertario, idea que provocaría rechazo en el presidente.

Ahora, la ofensiva económica contra la ciudad apuntaría a neutralizar a los dos Macri, complicando seriamente las cuentas de la Ciudad. Fiel a su estilo, Milei ataca usando herramientas financieras así como basa su relación con los gobernadores en el manejo de la canilla de la coparticipación federal.

Para desarrollar su plan político, el gobierno sueña con llevar la inflación al 1% en septiembre, aunque esto se lograría a costa de una recesión aún mayor, siendo entonces el remedio peor que la enfermedad.

No es un secreto que, por su parte, el expresidente está esperando que, jaqueado por la caída de su imagen positiva y por la persistencia de la recesión, Milei dé el brazo a torcer y se avenga a negociar la estrategia electoral del 2025 con el partido amarillo.

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