Por Carlos Pavon.-

Según Platón, un gobernante ideal debe poseer cuatro virtudes cardinales:

1. Sabiduría (sophía): El gobernante debe tener conocimiento profundo y comprensión del bien común, así como de las leyes y principios que rigen la sociedad y el universo.

2. Valentía (andreia): Debe ser capaz de enfrentar desafíos y peligros con firmeza y coraje, protegiendo la justicia y el bienestar de la comunidad.

3. Templanza (sofrosyne): Es necesario que el gobernante tenga autocontrol y moderación, equilibrando sus deseos y emociones para actuar de manera justa y equitativa.

4. Justicia (dikaiosyne): Esta virtud implica actuar de manera justa y equitativa, asegurando que cada persona reciba lo que le corresponde y manteniendo el orden en la sociedad.

Platón argumenta que solo aquellos que poseen estas virtudes están verdaderamente capacitados para gobernar, pues pueden tomar decisiones sabias y justas para el beneficio de todos.

Estas virtudes deben regir los actos del pleno de miembros del estado con responsabilidad en las distintas áreas del mismo, y fundamentalmente, en los distintos poderes que en equilibrio manejan en democracia los asuntos para los cuales son designados por el pueblo, en elecciones libres.

No obstante, parece que en nuestro país, en especial en el poder judicial, sobresalen las siguientes características, que a la vista del ciudadano, ya ha incorporado como natural y común en su quehacer cotidiano y se conforma con seguir relatos que son verdaderas burlas a la inteligencia pero que con el tiempo agravan sus posibilidades de progreso individual y colectivo. Dichas caracteristicas son:

1. Impericia. La impericia se refiere a la falta de habilidad, destreza o competencia en la ejecución de una actividad o tarea. En un contexto profesional, especialmente en áreas como la medicina, la ingeniería, la política o la justicia , la impericia puede implicar una actuación deficiente o incorrecta debido a la falta de conocimientos o habilidades necesarias, lo que puede resultar en errores o fallos significativos.

2. Negligencia. La negligencia es la falta de atención, cuidado o diligencia que una persona razonable y prudente debería tener en una situación específica. En el ámbito legal y profesional, la negligencia se refiere a la omisión de realizar una acción que se consideraría adecuada o a realizar una acción de manera inadecuada, lo que puede causar daño o perjuicio a otros. Es un concepto importante en la responsabilidad civil y penal, ya que puede ser la base para reclamaciones de daños y perjuicios.

3. Ideología. La ideología es un conjunto de ideas, creencias y valores que conforman una visión incoherente del mundo y guían el comportamiento social, político, económico, jurídico y cultural de las personas. Las ideologías pueden influir en la forma en que las personas perciben la realidad, toman decisiones y actúan en diversos ámbitos de la vida.

Lo contrario a las VIRTUDES señaladas por Platón, es el VICIO. Mientras que la virtud representa cualidades morales positivas, como la honestidad, la bondad y la justicia, el vicio se refiere a hábitos o comportamientos negativos y moralmente reprochables, como la deshonestidad, la maldad y la injusticia. Los vicios son considerados defectos de carácter que van en contra de las normas éticas y sociales.

Así, al analizar en particular los hechos de los 70, vemos que la clase política anterior a los 70 y posterior al 83 ha demostrado con su accionar los vicios qué reflejan su cobardía, su ineptitud, su mediocridad y su ideología contraria a un gobierno virtuoso escondiéndose detrás de relatos que satisfacen a la masa de habitantes y sirven para mantenerse en un poder que les queda grande, con el auxilio de comunicadores que compraron el relato y lo hicieron suyo infectando con su prédica tendenciosa y maliciosa a la población que inerme ante este bombardeo de falsos relatos se niega a reconocer el esfuerzo y dedicación de hombres de las fuerzas armadas qué en su momento pusieron el cuerpo, la inteligencia y los medios para evitar caer en un régimen autoritario que intentaba tomar el poder y mantenerse en el per saecula saeculorum.

Hoy esos hombres que con virtudes y defectos combatieron los vicios siguen cumpliendo condenas irritas que ponen evidencia los vicios actuales de la justicia y de los restantes poderes del estado.

Será ahora el momento de poner fin a esta iniquidad y empezar a transformar la república en un lugar digno de vivir.

Share