Por Hugo Modesto Izurdiaga.-

En los equipos de fútbol, cuando comienzan a perder seguido, lo primero que hacen los directivos es echar al técnico que dirige a los jugadores, acusándolo de ser el causante por los malos resultados obtenidos. En cambio, no sucede lo mismo con los funcionarios públicos, sino todo lo contrario. Los verdaderos responsables -de los alimentos guardados y no enviados- permanecen en sus cargos. De manera que despiden a un funcionario de menor jerarquía de la cartera… ¡Y asunto arreglado! La Ministra de Capital Humano continuará en su cargo, a pesar de haber demostrado su falta de capacidad y pericia, al no cumplir fielmente con las obligaciones que requiere su ministerio. Cuando hay ineptitud e impericia, ¿en realidad la culpa… de quién es?

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