Por Oscar Edgardo García.-

El festejo de Enzo Fernández por la obtención del campeonato mundial de fútbol ha generado una onda expansiva insospechada.

Si apeláramos a la memoria, nos encontraríamos con algunos hechos tales como los siguientes.

En el año 2018, el sudafricano Trevor Noah, un hábil conductor y comediante de la televisión estadounidense, al referirse a la victoria de Francia en la Copa del Mundo manifestó: «África ganó la Copa del Mundo. Lo entiendo, entiendo! Pero mirá a estos tipos. No te bronceás tomando sol en el sur de Francia».

Debe destacarse que efectuó su opinión teniendo en cuenta la ascendencia de muchos de los jugadores del equipo de fútbol que representaban a Francia y basándose en que del team de 23 hombres, 15 tenían familia con orígenes en África, desde Camerún, Congo y Mali, aunque sólo dos habían nacido en África y se mudaron a Francia cuando aún eran pequeños.

Por su parte, también en el año 2018, el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, con motivo de un homenaje realizado en Johannesburgo para conmemorar los 100 años del nacimiento de Nelson Mandela, efectuó una defensa de la no-discriminación y la tolerancia en tiempos de nacionalismos en las sociedades occidentales y puso como ejemplo de inclusión a la Selección de Francia expresando con la mayor sutileza: “Si dudan de ello solamente deben preguntar a la selección francesa de fútbol que ganó el Mundial. Porque ninguno de esos jugadores lucen galos para mí, pero son franceses, son franceses”.

Es obvio que sería totalmente absurdo pretender que un jugador de fútbol sea poseedor de la ductilidad de Noah o de la diplomacia de Obama en el momento de la celebración de la obtención del campeonato más importante de América, por lo que resulta entendible la forma en que Enzo se ha expresado y honroso su pedido de disculpas.

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