Por Juan José de Guzmán.-

Voy a aceptar la invitación al debate propuesto en Pasiones Argentinas (última página de Clarín del jueves 11/07) por el escritor periodista Horacio Convertini y pasaré a dar mis razones.

Si bien no es tan fácil poder discernir entre las 3 defensas cuál sería la mejor, considero que ni la del 78, como tampoco la el 86, tuvo un defensor equiparable a Cuti Romero.

La del 22, además, contó en el arco con un “blend muy equilibrado” entre Fillol y Goico, Emiliano Martínez, sin dudas el mejor arquero argentino de la historia, capaz de torcer cualquier adversidad para ganar partidos; Kolo Muani y Francia pueden dar fe de ello, aunque el de la final con Francia no haya sido un hecho aislado sino que el Dibu lo hizo antes y lo sigue corroborando en cada compromiso de la Scaloneta, hoy.

Respecto de la supuesta mayor solidez defensiva que le adjudica a la del 86, esta selección del 22 le opondría una repentización y velocidad para la que no tendría respuestas aquella (el segundo gol de la final fue para mí, el mejor del mundial como construcción colectiva), una exquisita danza de 5 bailarines que en 13 segundos y 5 toques de primera, desde la extrema línea defensiva hasta la estocada final de Di María dentro del área chica de Francia, lograron una verdadera obra de arte a la que sólo le hubiera faltado, el Himno a la alegría de Beethoven (a todo volumen) como fondo, para premiarla.

https://www.youtube.com/watch?v=Kutz0UJExSU

Pasaré por alto la innecesaria e ingrata comparación entre Diego y Leo. Ellos, junto al gran Pelé, conforman el podio de la historia del fútbol mundial. Inigualables e incomparables.

Para finalizar mi ponencia, me referiré al factor anímico que llevó a ambas a la consagración, diciendo que tanto aquella del 86, que tras ir ganando 2 a 0 se sobrepuso a los 2 goles en 7 minutos que permitieron que Alemania empatara 2 a 2 en el minuto 81, logrando el 3 a 2 con el recordado gol de Burruchaga tras gran pase de Diego en el final, como ésta de Qatar (que ya venía de sobreponerse a un empate agónico, en el minuto 11 adicionado ante Países Bajos en cuartos) y que en la final, después de desplegar un “fútbol total” durante 75 minutos (dejando a Francia impotente, haciendo las veces de partenaire y al mundo entero atónito ante semejante superioridad), debido a un error defensivo que terminó en penal, se despertó y logró el 2 a 2 en menos de 2 minutos tuvieron el coraje y la fiereza para apretar dientes y sobreponerse a esos momentos fatídicos (muy especialmente la Scaloneta). Porque todo se venía abajo para la albiceleste en la final más electrizante de la historia.

En el alargue, tras el gol de Messi que había anotado el 3 a 2, faltando 3 minutos para los 120’ otra vez Mbapé, otra vez desde los 12 pasos decretó el pase a los penales con el suspenso y vértigo que se había apoderado de un Lusail convertido en caldera.

El final épico, en los penales, ya es conocido y su gran protagonista también (creo haber mencionado a un tal Martínez arriba).

Esta noche de domingo la Scaloneta levantó una copa más coronándose bicampeón de América y demostrando que además de todo lo puntualizado “no es Messidependiente”.

Por mi parte, no tengo más para agregar.

¡Salud, Campeones!

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