Por Guillermo Cherashny.-

Corría abril de 2018 y Toto Caputo convenció a Macri de recurrir al FMI porque los mercados de deuda se habían cerrado para nuestro país. Y así se firmó el primer acuerdo con el organismo financiero internacional y produjo el desplazamiento de Sturzenegger del BCRA para asumir él mismo esa irresponsabilidad y, al llegar ese préstamo, el mercado único de cambios era libre.

Se cruzan dos teorías. La primera era que Trump presionó al FMI para que le diera el crédito a la Argentina para impedir la vuelta del kirchnerismo y apoyar la reelección de Macri. Y la otra, que grandes fondos de inversión con sede en Wall Street y California estaban jugados en pesos y querían salir de nuestro mercado al precio del dólar que fuera, y Caputo, para evitar que el verde se disparara, decidió usar la reservas del Central para evitar la corrida pero los dólares que usó eran los del préstamo del FMI y el staff del organismo se opuso totalmente a mantener un «atraso cambiario» usando reservas y quería un mercado totalmente libre.

Entonces Caputo puso dos veces de una 5000 millones de dólares y se los limpiaron. Y Lagarde -entonces directora gerente del FMI- pidió la cabeza de Toto Caputo y Macri la entregó. Entonces asumió Guido Sandleris, quien no intervino más en los mercados y todo siguió a los tumbos hasta septiembre. Y en un fin de semana con versiones de cambio de gabinete, que finalmente no se produjo, la dupla Dujovne-Sandleris inauguró la entonces primera etapa de la emisión cero con numerosos elogios en la red Twitter de los economistas Federico Furiase y Martin Vautier, antes en el equipo Bein y hoy en el BCRA y Bice de la mano de Caputo y Bausili. Esa experiencia es reivindicada por Macri, porque llegó a las PASO de agosto del 19 con una inflación de 2% y un déficit de 0,4 sin contar los pasivos remunerados que sumaban otro 2,4% del PBI.

Ahora Caputo busca la revancha de abril del 19 porque piensa que él le habría ganado la pulseada al mercado si el FMI no hubiera pedido su cabeza y hoy cree que esta vez le va a demostrar a Rodrigo Valdés, el director del hemisferio occidental, que tenía razón en el 19 y el 24, porque esta vez tiene el apoyo del Presidente Milei, quien sabe de economía y que, además, tiene un gran apoyo en la opinión pública. Desde el lunes se verá su gran apuesta, cual es comprimir la brecha del 53% que tiene el CCL con el dólar oficial, es decir, provocar una deflación de los precios de los dólares financieros y de los precios nominales. Lo logrará comprando dólares oficiales a $ 910 y vendiendo ese dólar en el CCL a 0,63 valor de hoy de la brecha y así esterilizar los pesos, porque el miércoles los bancos le entregan los puts, entonces no emite para el Tesoro, tampoco para pasivos remunerados y ahora cierra la tercera canilla de emisión de pesos para comprar dólares de los exportadores, es decir, una gran apuesta contra el mercado y el FMI.

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