Por Germán Gorraiz López.-

El Pentágono habría visto cumplido ya su objetivo de impedir la expansión rusa al tenerlo cercado en sus fronteras al tiempo que Congreso y Senado estadounidenses considerarían ya el conflicto ucraniano como un pozo sin fondo al que conviene finiquitar con inmediatez.

¿Intenta Zelenski la entrada de la OTAN en el conflicto ucraniano?

Dentro de la dinámica de acción-reacción propia del nuevo escenario de Guerra Fría 2.0, Putin ordenó a sus Fuerzas Armadas de su país realizar maniobras con armas nucleares tácticas en la frontera sur con Ucrania. Asimismo, Putin advirtió que «el uso de armamento occidental por parte de Ucrania contra territorio ruso podría acarrear problemas muy graves» y como respuesta, «Moscú podría proporcionar armas de largo alcance a terceros para atacar objetivos occidentales».

Así, el conflicto ucraniano podría culminar en una guerra nuclear de baja intensidad mediante el uso de armas nucleares tácticas. Las armas nucleares » no estratégicas», también conocidas como «armas nucleares tácticas», según la Nuclear Threat Initiative (NTI) y de las cuales Rusia poseería cerca de 1.800 ojivas y la OTAN tendría desplegadas en Europa 250 ojivas.

Las armas nucleares tácticas serían las ojivas diseñadas para usarse en un campo de batalla limitado, por ejemplo, para destruir una columna de tanques o un grupo de batalla de portaaviones si se usan en el mar, por lo que también son conocidas como de «bajo rendimiento».

Sin embargo, según Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados), una simulación de la Universidad de Princeton de un conflicto entre Estados Unidos y Rusia que comienza con el uso de un arma nuclear táctica predice «una escalada rápida que dejaría más de 90 millones de muertos y heridos», con lo que el inicio de un conflicto nuclear de baja intensidad podría degenerar en una conflagración nuclear a gran escala de resultados nefastos para la Humanidad.

Ello habría encendido las alarmas en el Pentágono y dado que la prioridad de la Administración Biden serían el posible inicio de la guerra de Israel contra Líbano, el peligroso acercamiento de Putin a Vietnam para impedir la formación de un arco nuclear contra China así como la presencia de barcos de guerra rusos en Cuba, el Pentágono estaría sopesando la necesidad de firmar un Acuerdo de Paz con la Rusia de Putin.

Así, el Pentágono habría visto cumplido ya su objetivo de impedir la expansión rusa al tenerlo cercado en sus fronteras al tiempo que Congreso y Senado considerarían ya el conflicto ucraniano como un pozo sin fondo al que conviene finiquitar con inmediatez.

¿Acuerdo de Paz en Ucrania?

La creciente ola de desafección política estadounidense respecto de Zelenski abarcaría todo el espectro político estadounidense. Así, el candidato demócrata Robert F. Kennedy Jr., en una entrevista en «New Statesman» afirmó que «EEUU está enviando 113.000 millones de dólares a Ucrania cuando una cuarta parte de los ciudadanos estadounidenses se va a la cama con hambre».

En el bando republicano, el expresidente Donald Trump aseguró en sus redes que «nunca hemos estado tan cerca de la III Guerra mundial» y que debe haber un «compromiso total para desmantelar el grupo de poder neoconservador globalista responsable de arrastrar al mundo a guerras interminables». Igualmente, el candidato republicano Ron Desantis, afirmó que «Washington tiene muchos intereses nacionales vitales, pero enredarse aún más en la disputa territorial entre Ucrania y Rusia no es una de ellas».

Por su parte, Putin busca un Acuerdo de Paz que establezca que Ucrania no entrará en la OTAN y que el contencioso ucraniano quede perfilado con la división de Ucrania en dos mitades, quedando el Este del país, incluida Crimea, el Donbás, Zaporiyia y Jersón bajo la órbita rusa y el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán bajo la tutela de Occidente, mientras la línea imaginaria que uniría Járkov, Zaporiyia, Bajmut y Rubizhne pasaría a ser el nuevo Muro de Berlín de la Guerra Fría 2.0.

Dicho acuerdo estaría siendo torpedeado por la trama liderada por Zelensky, Polonia y la inteligencia británica y cuyo objetivo confeso sería implicar a la OTAN en el conflicto ucraniano, con lo que el ínclito Zelensky se habría ya convertido para EEUU en un lastre del que conviene desprenderse con inmediatez.

¿Nueva cartografía de Ucrania?

El mandato presidencial de Zelinski expiró el 20 de mayo y aunque la Constitución ucraniana permite la prórroga automática del cargo en caso de guerra, parte de la oposición cuestiona la legitimidad de dicha prórroga aduciendo que el cargo debería pasar al actual Presidente de la Cámara, Ruslán Stefanchuk.

Asimismo, según «The Washington Post», Zelenski destituyó a funcionarios cercanos a EEUU que estaban dispuestos a combatir la endémica corrupción, entre los que descuella la figura de Alexánder Kubrakov, exministro de Infraestructuras y que estaba a cargo de la reconstrucción del país.

La corrupción es un problema endémico de Ucrania pues según el Indice de Transparencia, tendría 32 puntos sobre 100 y según la ONG Trasparencia Internacional, en el 2021, el 23% de los usuarios de servicios públicos habría tenido que pagar algún tipo de soborno.

Dado que Zelensky se habría ya convertido para EEUU en un lastre del que conviene desprenderse con inmediatez, no sería descartable un golpe de mano dirigido por el Teniente general Valerii Zaluzhnyi, defenestrado por Zelenski por sus desacuerdos tácticos y verdadero líder del Ejército ucraniano. Dicho golpe contaría con las bendiciones de EEUU y tras ser acusado de corrupción, Zelenski se vería obligado a exiliarse en EEUU y sería sustituido por Alexander Kubrakov , quien será el encargado de negociar el Acuerdo de Paz con Rusia y la posterior tarea de reconstrucción del país.

Asimismo, tras la defenestración de Zelenski, podríamos asistir al diseño de la nueva cartografía de Ucrania. Así, Polonia reclama su derecho a incorporar al mapa polaco la región ucraniana de Lviv que ya fue ocupada por Polonia de 1918 a 1939. Para lograrlo, Polonia ha suspendido el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa lo que implica que Polonia «ya no estaría obligada a cumplir con las disposiciones de la OTAN sobre la limitación del tamaño de las fuerzas armadas y su despliegue» y en consecuencia, tendría las manos libres para ocupar la región ucraniana de Lviv e incorporarla posteriormente a Polonia tras la firma del futuro Tratado de Paz entre Ucrania y Rusia.

Por su parte, Rumanía aspira a anexionarse la región Bucovina del Norte, la región de Besarabia, el territorio de Hertsa, incluido en la región ucraniana de Chernovtsi, fronteriza con Rumania y la región ucraniana de Transcarpatia, con lo que la cartografía ucraniana bajo control de Kiev quedaría reducida notablemente y se convertiría en un Protectorado de EEUU.

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