Por Oscar Edgardo García.-

Alberto Fernández, en una entrevista que le concedió a Horacio Verbistky, alegó, entre otras dudosas afirmaciones, que el hematoma en el ojo de Fabiola Yáñez que se observa en las fotos difundidas «no se debe a un golpe, sino a un tratamiento estético contra las arrugas».

Cuando la mentira es recurrente en la vida de una persona se convierte en una «adicción» que desemboca inevitablemente en una mitomanía de carácter patológico o compulsivo.

El mentiroso miente de manera ocasional con el objetivo de lograr una presumible protección mientras que el mitómano lo hace persiguiendo transformar la realidad, fantasear experiencias, desviar el foco de la atención sobre la verdad, etcétera, evidenciando un trastorno de personalidad múltiple.

El expresidente encuadra indubitablemente dentro de tales definiciones, por lo que supera los límites de una persona mentirosa para ser calificado como un ser más peligroso: un mitómano de la mentira.

Share