Por Luis Américo Illuminati.-

Esopo, considerado el padre de la fábula, era un esclavo frigio que vivió en el siglo V antes de Cristo.

Uno de sus amos, Xantus, le ordenó que fuera al mercado y le trajese el mejor alimento que encontrara para agasajar a importantes invitados. Esopo compró solamente lengua y la hizo aderezar de diferentes modos. Los convidados se hartaron de comer lo que saborearon como un manjar. Cuando quedó solo, Xantus le preguntó qué era eso tan delicioso.

-Me pediste lo mejor -dijo Esopo- y traje lengua. La lengua es el fundamento de la filosofía y de las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua se instruye, se construyen las ciudades y las civilizaciones, se persuade y se dialoga. Con la lengua se canta, con la lengua se reza y se declara el amor y la paz. ¿Qué otra cosa puede haber mejor que la lengua?

Pocos días después, Xantus le dijo que llegarían unos visitantes desagradables a los que debería atender por protocolo, pero quería manifestarles su disgusto sirviéndoles una mala comida.

-Trae del mercado lo peor que encuentres- le recomendó.

Esopo trajo lengua y la hizo preparar con un sabor tan desagradable que repugnó a los comensales.

-¿Qué porquería es esa que serviste? – le preguntó Xantus.

-Lengua -contestó Esopo-. La lengua es la madre de todos los pleitos y discusiones, el origen de las separaciones y las guerras. Con la lengua se miente, con la lengua se calumnia, con la lengua se insulta, con la lengua se rompen las amistades. Es el órgano de la blasfemia y la impiedad. No hay nada peor que la lengua.

La lengua es un arma de doble filo que puede hacer mucho daño. Un ejemplo cabal es la lengua kicillofiana -cuyo discurso es un trabalenguas analógico- en lucha consigo mismo. Su lengua y su cerebro están en pugna. Jamás el ejercicio de la claridad y la sencillez que Baltasar Gracián aconsejaba -Oráculo manual y arte de prudencia» y «Agudeza y arte de ingenio»- para no usar mal la lengua. Pensar con el cerebro y no con los pies.

Conclusión

El hombre tan indefenso por naturaleza, no tiene colmillos, no tiene garras, no escupe fuego, pero tiene el don del lenguaje y una lengua tan suave como la miel y tan afilada como un puñal, según sea la intención que se tenga: mala o buena de acuerdo a ciertos parámetros que se tengan como norte el punto medio o intermedio entre dos extremos. Me refiero concretamente a la lengua de sapo o de serpiente que tienen muchos políticos. Aquí van algunos aforismos en tal sentido para preservar de suciedades y mal sabor el órgano de la lengua.

Aforismos sustanciales para un dirigente verdadero

I. Un hombre que quiere ser bueno entre tantos que no lo son, labrará su propia ruina.

II. La sabiduría consiste en saber distinguir la naturaleza del problema, y cortar de raíz la causa que lo produce.

III. Un ejército de ovejas conducido por un león es más temible que un ejército de leones conducido por una oveja.

IV. Los hombres son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son.

V. El hombre prudente no se lamenta de las cosas que no puede cambiar, sino que se esfuerza por mejorar las que sí puede.

VI. La virtud es lo que hace que el hombre sea respetado y el vicio es fango en el que patina y resbala.

VII. El que tolera el desorden para evitar la guerra, primero tiene el desorden y después la guerra.

VIII. Uno debe ser un zorro con el fin de reconocer las trampas y un león para ahuyentar los lobos.

IX. No hay que apartarse de la senda del bien, aunque venga el fin del mundo y si un mal se nos presenta lo mismo hay que seguir adelante. Si llegó el final de nuestros días sólo Dios lo sabe.

X. En el duelo entre dios y el diablo, el corazón humano es el campo de batalla.

XI. Una golondrina no hace verano, pero es un indicio que sus compañeras vienen en camino.

XII. Sé timón, nunca ancla. Sé mar, nunca desierto. Sé bálsamo, nunca látigo. Ser como la vela de cera que mientras alumbra se va consumiendo.

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