Por Oscar Edgardo García.-
¿Alguna persona sensata y coherente concibiría que un fanático simpatizante de River se convirtiera en presidente de Boca, o viceversa?
La respuesta es obvia: No.
Y si ello ocurriera, el Maestro Fontanarrosa reaccionaría diciendo: «Vio… Mendieta, ¡que lo parió!»
Parangonando la situación, cabe preguntarse entonces: ¿Por qué los radicales han colocado a Martín Lousteau en la presidencia de su partido resignando su identidad, su ideología y su predicamento?
La soledad en que se autolocó el senador es motivo suficiente para que sea catapultado a la vereda de enfrente, en la que por otra parte se lo ve transitando más cómodamente, a menos que los radicales también resignen la sensatez, la coherencia y, por qué no, la dignidad.
16/06/2024 a las 4:24 PM
Tal cual.
Una pregunta recurrente; qué quisieron demostrar los radicales con poner a este , poco menos que saltimbanqui, al frente del «centenario partido», como se dice por ahí.
Es decir, una más de las incoherencias de la desorientada política nacional.
Como dicen ahora se está yendo «de manbo»; espero que los correligionarios se despuierten a tiempo; antes que el kakismo se lo degluta completo. Para muestra, ya está bien.
Dignidad??. Ya la perdieron con el Alfonsinito y no escarmientan. De modo qué……..
16/06/2024 a las 8:23 PM
RADICALISMO MURIENDO EN PARALELO CON EL PERONISMO.
17/06/2024 a las 7:30 AM
el radicalismo , es peronismo de buenos modales , osea , sirven para secundar
17/06/2024 a las 8:59 AM
Otro radical con genética traidora. No fue el único. Alfonsin Jr (un inutil ) se vendió por la comodidad de la embajada en España; Moreau con sus teorías filocomunistas; y hasta el propio Ricardo Alfonsin aliandose con Duhalde para hacer caer a de la Rua creando un desastre qué nos terminó entregando a las llamas del kirchnerismo. De la Rua era un inútil, pero comparado al lado de Fernandez tomaría la dimensión de Pellegrini
17/06/2024 a las 9:17 AM
¿Lousteau en la vereda de enfrente? No, es un socio más de la asociación ilícita.
Lousteau+Ocaña+Brawer proponen al mismo tiempo legalizar la eutanasia e “hipotecas inversas” bancarias para jubilados
Ni Bram Stoker imaginó semejante disparate: Exterminio y latrocinio juntos, una fórmula macabra.
«Mientras unos proponen la muerte anticipada de las personas, otros elaboran leyes para que los bienes de las mismas pasen a manos de los bancos. Unos y otros favorecen, con su actuar, al poder bancario, verdadero rector de este sistema, que al tiempo que acelera la eliminación de personas en edad económicamente no productiva, se apropia de sus bienes.»
https://noticiasholisticas.com.ar/argentina-proponen-al-mismo-tiempo-legalizar-la-eutanasia-e-hipotecas-inversas-bancarias-para-jubilados/
Bertolt Brecht: sobre la base del escrito de Martin Niemöller «Los indiferentes» gestó su poema conocido como «Y por mi vinieron…
Ambos omitieron a los ancianos tal vez porque el poema es político y para la política los ancianos no existen
El poema, siniestro por cierto, para ser completo debería contener la siguiente estrofa:
«Por último, vinieron por los ancianos
pero como yo no era anciano, tampoco me importó»
«Ahora vienen por mí….pero ya es tarde».
17/06/2024 a las 3:28 PM
Para Brutal.
Brutal. Interesante. Esas ideas «fogosas» solo pueden venir, por ahora, de este chiquitaje de la política vernácula. Un trío para el olvido.
17/06/2024 a las 4:19 PM
Argento
Digamos que la propuesta de Brawer es una más, existen otras que apuntan a lo mismo.
Alberto Fernández nos espantó con una clase magistral sobre la ancianidad y su costo para el Estado que indirectamente dejaba en claro que los ancianos constituyen una «carga/molestia» que DEBE ser controlada.
A buen entendedor….
Tarde o temprano alguno de los proyectos en danza va a ser aprobado como ocurrió en otros países pero lo de las «hipotecas inversas» que es algo así como un agregado refinado, muestra la cara más maligna e impúdica de todo el plan.
22/06/2024 a las 3:03 PM
A veces algunas teorías perversas solo sirven para atolondrar más a las mentes siniestras de algunos políticos; qué sentándose sobre los millones de nosotros, los aportantes, tienen tiempo de elucubrar las cosas más insólitas.