Por Oscar Edgardo García.-

Si el presidente de una empresa privada designa como director ejecutivo a una persona que goza de su confianza, considerando que reúne los requisitos personales y profesionales requeridos para el desempeño idóneo de las funciones correspondientes, y antes de cumplir menos de seis meses en el ejercicio de sus responsabilidades debe desplazarlo, por las circunstancias que fueren, evidencia un tácito reconocimiento de haber efectuado una designación equivocada.

Desafortunadamente, tal es el caso del Presidente de la Nación con su ex Jefe de Gabinete de Ministros.

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