Por Paul Battistón.-

Siendo la inercia, la resistencia que opone un cuerpo (o un acontecimiento) a que se modifique su estado de reposo o movimiento, deducimos que de no mediar un esfuerzo extra por alterarlos, será solo el tiempo quien con su perseverancia de gradualismo finalmente pueda acabar con cualquiera de esos dos estados portando la naturalidad de su paso como blindado en conquista de la aceptación.

Esfuerzos de quiebre de inercia han existido y suelen ser esos hitos indicadores de acontecimientos de esforzado logro. La inercia de golpes de estado en una repetición periódica fue finalmente detenida con ese esfuerzo político extra llevado adelante por el gobierno de Alfonsín. La sensación de que habría una continuidad de interrupciones institucionales era la percepción de esa inercia de discontinuidad que hacía suponer que se mantendría aún por largo tiempo más. Mauricio Macri logró quebrar esa otra inercia de discontinuidad manifestada como las sucesivas inconclusiones de gobiernos no peronistas (superar los golpes aceptados dentro del juego democrático).

El uno a uno sosteniéndose en el tiempo más allá de las condiciones necesarias de equilibrio fiscal y no emisión fue también un engañoso juego de la inercia.

La inercia nos juega en exceso o en defecto y sin que algunos tengan en claro su concepto físico obtienen de ella réditos políticos impulsando movimientos con pretensión de arrastre. Solo que la fricción del tiempo es un jugador permanente que aportará su gradualismo que a algunos les reportará como resignación y a otros como motor de un constante esfuerzo contra el apagado de sus pretendidos impulsos.

La CGT usurpando una cuestión puramente de fe o de resignación (convocatoria de San Cayetano) es una medida de cierta desesperación ante la pérdida de cierto pulso capaz de generar sus reiterativos empujes inerciales hacia la inmovilidad (de una forma más sintética y entendible podríamos decirlo: ya nadie le da bola a sus intentos de paro). Frente a ellos comienza a manifestarse una cuestión de cierta consistencia unidireccional sin ningún hito revolucionario (ni la ley bases, ni el pacto lo fueron). Comienza a ponerse en marcha un proceso de avance persistente sostenido por una constancia donde la ley bases y el pacto sí han formado parte de la sumatoria de la misma.

Ya rumbo al año de inicio del gobierno el movimiento comienza a dibujarse como preocupación y la razón es que la inercia Milei ha alcanzado al propio Javier Milei empujándolo. Quienes para su desgracia lo sienten, ha comenzado su abstinencia inesperada de pochoclos. La marea de velocidad relajada en beneficio de potencia comienza a arrasarlos destapando cuestiones de corrupción anexadas que se suponía quedarían cubiertas por el tiempo.

La constancia impulsiva de Milei está yendo en concordancia con la inercia, un fenómeno que pocos aprovecharon y quienes tuvieron la suerte de esa coincidencia finalmente son influidos a desacompañarla.

Sólo una tarde duró el intento de C5N (solo C5N) de sostener el peso informativo de aumento de la inflación tras el anuncio del índice propio de CABA. El desinterés los acompañó, Crónica no se movió de la crónica de Loan.

La visita de los legisladores a los detenidos de la guerra contra la subversión ha tenido un mayor esfuerzo televisivo (pero también casi en soledad). La medición de resignación vs impulso está dando un valor que denota el bajo interés, óptimo de ser llevado puesto por la inercia de la circunstancia, algo que Macri no logró.

Ocho meses han alcanzado para encuadrar en anacronismo lo que a tan corta distancia eran cuestiones inamovibles. Sin entrar en detalles de revisión histórica, ni contraposición ideológica, surge la pregunta ¿Por qué el incumplimiento de la ley ante la detención de octogenarios en cárceles comunes? Y solo por no quedarme sin el calificativo de hijodeputa ¿Por qué la contraparte responsable iniciática de la deflagración de los 70 ocuparon puestos en las listas de diputados? ¿Por qué la libertad premiada de Merlo, Vaca Narvaja o Firmenich?

¿Sería la respuesta a esos constantes impulsos de una política de mentiras y olvidos titulada “jóvenes idealistas”?

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