Por Otto Schmucler.-

No soy constitucionalista y por ende eludiré pronunciarme de algún otro modo que no sea el de un ciudadano común, harto de la Casta política que nos condujo al lugar que llegamos como nación.

Pero sucede que cuando uno lee que nuestro país puede perder soberanía tras el fallo de la jueza Loretta Preska que habilita el embargo del Banco Central de la república y de YPF, tras fallar en contra de la estatización que el gobierno de Cristina Fernández realizó con el asesoramiento del hoy gobernador de la Provincia de Buenos Aires, no puede menos que encolerizarse y reclamar firmemente para que este caso tenga una condena ejemplar, que contemple las consecuencias gravosas derivadas de tamaña decisión.

Porque nadie puede olvidar aquella noche en el Senado, cuando el exministro de economía (bajo la pollera de la expresidenta) proclamó a los gritos que no éramos tarados: “¡Porque los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!”

Fue el minuto fatal, “esas palabras usaron los demandantes que hoy ganaron el litigio por 16.000M de dólares contra la Argentina para justificar que el país no cumplió con las leyes”.

No sé a quién le competerá iniciar de oficio un pedido de condena por “alta traición a la Patria” pero llámese Procurador del Tesoro o de la Nación deberían despertar del letargo. La Argentina no puede ser blanco apetecible para aquellos que litigan en los estrados internacionales, por la soberbia y pésima gestión de funcionarios que a los 16.000M u$s de YPF habrá que sumar otros 1.500M de la condena por la manipulación de los índices de inflación durante el gobierno de CFK.

Como nación soberana no podemos convertirnos en “la cuenta del otario” a la que se le carguen todas las deudas de gobiernos ineptos e inescrupulosos. Señores fiscales… menos tango y más justicia.

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