Por Carlos Tórtora.-

En una semana hasta ahora más tranquila que las anteriores, las especulaciones en la Casa Rosada giran alrededor de lo que hará Javier Milei el 1 de marzo. Ese día el presidente deberá inaugurar el período de sesiones ordinarias hablando ante la asamblea legislativa. Si se impone la idea de profundizar la confrontación, Milei haría lo mismo que el día de su asunción, es decir, hablaría de espaldas al Congreso. Pero esta vez denunciaría a la casta por haber frustrado la sanción de la ley ómnibus y hablaría de la corrupción de senadores y diputados. De este modo oficializaría su ruptura con el Poder Legislativo y dejaría en claro su intención de gobernar solo con el Ejecutivo. Sería entonces el primer caso de un presidente constitucional que opta por este camino. Ayer, en un reportaje, Milei aseguró que hablará ante la asamblea legislativa, lo que niega la hipótesis de hablar en la plaza. Si efectivamente se dirigirá directamente a los legisladores, el nivel de agresividad podría entonces disminuir.

Hay por supuesto otra hipótesis y es que su discurso sea crítico del Congreso pero no rupturista. La posibilidad que casi ni se menciona es que el presidente dé un discurso moderado y formal ante la asamblea legislativa.

Un solo camino

Una cosa es clara: Milei sólo puede capitalizar políticamente una ruptura con el Congreso, para seguir polarizando como el abanderado de la antipolítica. La moderación lo descapitaliza y no le sirve para su objetivo de mediano plazo, que es ganar las legislativas del año que viene. En este sentido, el camino de la moderación y la puesta en marcha de negociaciones para distender las relaciones con gobernadores y legisladores es a esta altura una opción que le haría perder identidad al libertario.

Los riesgos del camino emprendido están a la vista. Una guerra con el Congreso podría paralizar en parte la acción de gobierno y, en el más extremo de los casos, hasta podría existir la réplica de leyes sancionadas contra la voluntad de Milei. El caso más prototípico es el DNU 70/23, que podría ser derogado si ambas cámaras lo rechazan. No es probable que ocurra por el momento pero a partir del 1 de marzo aumentarían las chances.

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