Por Carlos Tórtora.-

El contexto político económico va determinando que el Pacto de Mayo se aproxime a la intrascendencia. Con el dólar en una marcha ascendente y los indicadores de la recesión cada vez más graves, muchos de los gobernadores de la oposición dialoguista irán a Tucumán con la intención de pasar todo lo desapercibidos que sea posible. En esto coinciden con el propio Javier Milei, que viene restándole importancia al evento, hasta el punto de fijar para la ceremonia el estrafalario horario de las 12 de la noche. Como es evidente, el presidente prácticamente no habla del tema y motivos no le faltan.

No parece oportuno hablar en este momento de la unidad nacional cuando el único aliado del gobierno, el PRO, le da vuelta la cara y le exige que levante el cepo y le pague a la Ciudad la deuda por coparticipación.

La ofensiva de Mauricio Macri debilita a un Milei que parece confundido y sin rumbo.

Lo cierto es que el presidente se enfrenta a una nueva realidad que le es marcadamente desfavorable. La sociedad empieza a percibir que el líder libertario está cerca de fracasar en un tema más fuerte, que es la economía, mientras que no consigue mostrar tampoco una construcción política sólida.

¿Puede Milei relanzar su estrategia política si el PRO no lo acompaña?

Piloto de tormentas

El presidente está preparado para su combate diario contra la casta pero para lidiar con un aliado que le plantea, si no el divorcio, por menos la separación.

Los mercados empiezan a tomar nota de que a partir de ahora la Casa Rosada deberá negociar a brazo partido con el PRO cada proyecto de ley y que los acuerdos pueden tener un costo muy alto.

En esta nueva geografía política el peronismo se ve obligado a radicalizarse para no quedarse atrás con respecto a las críticas de Macri al gobierno.

Ayer, al menos en un despacho de la Casa Rosada, se tenían hipótesis acerca de una eventual cumbre Macri-Milei. Para otros, este último parecería rendido si busca hablar con el expresidente luego de las críticas que éste le está haciendo.

Lo que queda en claro es que La Libertad Avanza no está preparada para afrontar este tipo de crisis en la que de poco vale la frontalidad y es necesario moverse con sutilezas.

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