Por Carlos Tórtora.-

Los próximos capítulos del devenir político serían la votación del proyecto de ley de movilidad jubilatoria y la firma del Acta de Mayo el 9 en Tucumán. Se trata de expectativas contrapuestas. El gobierno con la sanción de la ley Bases asumió una postura ganadora ante una oposición descolorida que en el Congreso no impidió que los dialoguistas le dieran al oficialismo los votos que por sí solo no podía conseguir. El triunfalismo discursivo de Javier Milei no se compadece con la realidad. Lo que está sucediendo es que se extiende la sospecha de que la actual política económica sólo cierra manteniendo la actual recesión e incluso profundizándola.

La falta de una reacción social importante habría convencido al presidente de que no tiene por delante mayores resistencias que le hagan penoso profundizar el actual ajuste. La frialdad con la que los mercados asumieron la sanción de la Ley Bases muestra con precisión hasta dónde el mundo económico mira con escepticismo las transformaciones que intenta concretar el gobierno. Es que se duda de que las medidas puedan sostenerse a mediano plazo en una sociedad empobrecida y resentida que el año que viene iría a las urnas a expresar su disgusto.

Nadie sabe con exactitud cuándo se terminará la paciencia social pero sí se sabe que ésta no es infinita.

La clave son las urnas

La clave de todo será el resultado electoral del año que viene y el peronismo, que ya no puede frenar a los libertarios en el Congreso, especula con que habrá un voto castigo. La baja de la inflación ya no es aplaudida como se esperaba porque el costo es la parálisis de la economía. Luis Caputo tomó los micrófonos esta semana para ratificar que el cepo no se levantará por ahora y el gobierno promete cambios que reactivarían la economía a mediano plazo, cuando en la Argentina todo gira alrededor del corto plazo.

Axel Kicillof intenta a todo esto a nivel nacional formar una liga de gobernadores que resista la quita de fondos a las provincias y empezó con un acuerdo con el pampeano Sergio Ziliotto.

Mientras tanto, el Senado intentará reivindicarse con la sociedad sancionando la movilidad jubilatoria, lo que provocará el veto de Milei, abriéndose una crisis en la que el gobierno tendrá en contra a la opinión pública.

Nada indica que vaya a haber indicios concretos de reactivación en lo inmediato y los indicadores son ampliamente negativos. En las encuestas, Milei y su gobierno descienden pero con lentitud.

Así las cosas, el segundo semestre amenaza con convertirse en una reiteración agravada del primero.

Siempre está presente la posibilidad de imponderables que modifiquen las tendencias, pero la lógica política hasta ahora marca que el divorcio de la sociedad con Milei todavía está verde.

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