Por Carlos Tórtora.-

Horas antes de la reunión decisiva en Diputados para bajar los cambios a la ley Bases hechos por el Senado, Javier Milei se pegó un tiro en el pie y calificó de degenerados fiscales a los diputados que apoyan la movilidad jubilatoria. Semejante impericia política estaría motivada por la suba del riesgo país y la caída de los bonos. En realidad, volviendo al escenario de ruptura con el Congreso, el presidente estaría abriendo el paraguas antes de que llueva. Es decir, preparando el camino para culpar a la oposición por el casi seguro 5,5% de inflación de junio.

Está en riesgo también la firma del Pacto de Mayo el próximo 9 de julio. Esto es posible porque el gobierno no estaría dispuesto a aceptar que Luis Caputo está tropezando y que la euforia oficial de las últimas semanas no tendría mayor sustento. En la lógica libertaria, sólo una nueva batalla contra la casta podría explicar que los números de la economía no están mostrando éxitos. Si no acusara a los legisladores de conspirar contra la economía, Milei se quedaría sin respuesta política ante los hechos.

La realidad es que el clima económico enrarecido está influyendo en el ánimo de muchos opositores dialoguistas, sobre todo los radicales, que dudan cada vez más de seguir poniéndole su voto a un gobierno que no consigue consolidar resultados económicos.

Una buena oportunidad

Esta modificación del escenario político opera en auxilio del peronismo, que estaba a la defensiva a partir de la aprobación de la ley Bases en el Senado. Si la cámara alta, como todo parece indicar, convierte en ley el proyecto de modificación de la fórmula jubilatoria aprobada en Diputados, es probable que Milei anuncie su veto a la ley. Entonces entraríamos en un clima de guerra, en el cual el kirchnerismo recuperaría terreno. Por su parte, al gobierno le estaba yendo bastante mejor con la negociación que con la confrontación, pero ésta es parte de la naturaleza de Milei y sigue siendo su recurso político preferido.

Si la nueva crisis política se llevara puesto el complejo entramado de acuerdos montado por Guillermo Francos, volveríamos tal vez al clima de las primeras semanas del gobierno. Pero la realidad ha cambiado. La mayor parte de las encuestas muestran un cansancio social por la dureza del ajuste y los libertarios carecen de una red política de contención. Su única muralla, la alianza con el PRO, está sometida a una enorme tensión por la batalla entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

Desde el punto de vista de la lógica política, el único camino que le queda al gobierno es seguir construyendo un sistema de alianzas para el 2025 a partir de la adhesión de algunos gobernadores peronistas y de la aproximación a la UCR. Si este tejido se rompe, Milei quedaría al borde del aislamiento y con una economía sin señales de reactivación.

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