Por Carlos Tórtora.-

El último trabajo de la consultora CB marca una caída de la imagen presidencial en 14 provincias. Si bien no es alarmante, puede insinuar una tendencia aun cuando Milei conserva buenos números en la mayor parte del país. En la Casa Rosada están pendientes de los números, porque hay una gran expectativa por saber si el escándalo de corrupción en el Ministerio de Capital Humano ha influido ya en la opinión pública.

En lo inmediato, el gobierno tiene pocas cartas para mostrarse triunfante. La sanción de la ley Bases todavía está lejos. El Senado debe votarla el próximo miércoles y, como la reformará, debe volver a tratarse en Diputados, lo que implica el desgaste de varias semanas más. Mientras tanto, puede desencadenarse una nueva crisis si el Senado llega a darle media sanción al proyecto de ley que modifica la fórmula jubilatoria y que ya fuera aprobado en Diputados.

Milei amaga con vetar esta ley y empezar una escalada que borraría el diálogo del oficialismo con la oposición moderada que empezó a partir de marzo pasado.

Un presidente sitiado

El presidente no está bien parado y en los últimos días quedó en evidencia que su gestión carece de eficiencia y que el gobierno está semiparalizado por las numerosas internas que lo desgastan.

La convocatoria de la CGT a una movilización masiva frente al Congreso cuando se trate el miércoles la ley bases suma una importante presión sobre los senadores que deben definir con su voto. Francos le habría asegurado a Milei que la mayoría no está en riesgo pero hay también voces de alarma en el gobierno; que la ley sea desguazada en la votación en particular es la principal amenaza que hoy tiene el oficialismo. Milei estará presente el 13 en la cumbre del G7 en Italia y pretende presentarse con la ley bases bajo el brazo. Lo contrario podría constituir un verdadero papelón internacional. A esta altura de su desgaste y con una realidad económica estancada y los primeros brotes de corrupción en sus filas, el gobierno necesita con desesperación un éxito político que le dé oxígeno. Pero la realidad indica que su única carta es la ley Bases.

El 1 de marzo pasado, el presidente sorprendió a una oposición confundida con el anuncio del Pacto de Mayo. Ahora la situación es distinta. El peronismo carece de un plan económico alternativo al gobierno pero sí sabe que necesita evitar que los libertarios se afiancen y consigan apoyo para ganar las elecciones del año que viene.

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