Por Carlos Tórtora.-

La marcha de San Cayetano de la CGT y los movimientos sociales sería un punto de inflexión en la estrategia de la central obrera. Todo conduce, en definitiva, a la convocatoria a un paro general para el mes que viene.

La incógnita a resolver es si la nueva ofensiva gremial y piquetera marca también un punto de inflexión en lo que hace a la paciencia social hacia la política económica del gobierno. La caída de la imagen positiva de Javier Milei en las encuestas es mientras tanto sostenida.

Otra incógnita es si este empeoramiento del clima social empujará a que algunos de los 18 gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo con el gobierno se vayan alejando de la Casa Rosada.

El Congreso es, sin duda, el termómetro de la política y en el Senado las comisiones competentes están cerca de terminar de tratar la ley de movilidad jubilatoria. Si se sanciona próximamente, el presidente la vetaría y entonces se formalizaría una nueva crisis política. La instalación de un clima beligerante en el Congreso había llevado a que Guillermo Francos, el gran articulador de las negociaciones, se llamara a silencio en los últimos días porque ahora hay menos para negociar.

Con esta recesión, la política oficialista se paraliza

Para Milei, la clave está, como es lógico, en cómo mantenerse con la iniciativa política, lo que había logrado con el ahora diluido Pacto de Mayo.

Luis Caputo sostiene en la Casa Rosada que es viable bajar la inflación al 1 o 2% en septiembre, pero nada dice de revertir la recesión, que se afianza con la caída del consumo. En este clima pesimista al gobierno le cuesta armar para el 2025.

Mientras tanto, la alianza de la Libertad Avanza con el PRO se está convirtiendo en una bolsa de gatos y el gobierno no puede exhibirla como un síntoma de fortaleza política.

Tampoco la política exterior le está dando a Milei los frutos esperados. En su comunicado intimando a Nicolás Maduro para que exhiba las actas de la elección, cuyo resultado se cuestiona, el Departamento de Estado precisó que adoptaba esta postura luego de consultar con sus socios en la región, es decir Brasil, México y Colombia. O sea que la Argentina no fue considerada por Washington y la retórica agresiva de Milei no dio los resultados esperados.

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